10.21.2006

4.- El primer pase

Fran no para de hacerme señas con la mirada hacia el más alto de los tres clientes con los que está Giovana mientras ella rie sus gracias, coge al más alto y a su compañero de la derecha por sus cuellos y se dan los tipicos besos en las mejillas, con suavidad, casi evitando el beso de ellos. Hay que cuidar el maquillaje, que dure el maximo tiempo posible en perfecto estado. Se roza, descarada, contra el cliente de la derecha. A mi ni me mira y me da cosa meterme en su terreno, quizás esté esperando que algunas compatriotas suyas acudan a los clientes, a lo mejor le hace alguna seña a alguna. Fran mientras saca brillo a una botella no para de señalarme al más alto y yo espero que me lo señale Giovana que sigue con los dos abrazados, no se que le cuentan, supongo que algo aburrido o escuchado miles de veces, no para de sobar al que tiene a su derecha, suelta al más alto para desabrocharle al otro un botón de la camisa y acariciar el abundante vello de su pecho, ya me imagino lo que le está diciendo: "me encantan los hombres como tu, así, varoniles" el chico se sonroja. En un movimiento casi imperceptible Giovana me mira, son decimas de segundo, después mira al chico alto. Giovana no parece la persona más generosa del mundo, así que no creo que me esté dejando al mejor cliente para mi, pero también me lo señala Fran.

Dejo de mirar para los lados y de reojo la escena, fijo mi mirada en el chico alto que ahora mismo está hablando con su otro compañero, dispuesta a exhibir la mejor de mis sonrisas, me mira, sonrio y le guiño un ojo, aún no me acerco, Giovana vuelve a señalarmelo yo sigo mirando hacia él. Parece timido, mientras Giovana dedica sus atenciones al chico de pelo en pecho él no sabe a donde mirar, parece que tampoco tiene mucho que hablar con su compañero, doy unos pasos como quién no quiere la cosa, como quién estira las piernas y me coloco más cerca de él, mi movimiento llama su atención, me mira de nuevo, muevo mis labios mientras le sonrio, que los pueda leer claramente aunque yo no hable: G-U-A-P-O, el habla

-Guapa tu

Doy tres o cuatro pasos más y me pongo a su altura, lo cojo del hombro para que se incline y baje a la altura de mis labios, las botas tienen taconazos y plataforma y aún así no le llego a la oreja, sonriendo. Siempre hay que sonreir, aunque por dentro estés tragando bilis, no con una sonrisa que parezca excesiva ni forzada, basta con pensar cosas agradables, en alguien que te cae bien quizás. Cuando se coloca a mi altura le doy un beso en la mejilla, le susurro al oido que me gustan los chicos como él, altos, eso llena su ego, sabe que no hay muchos que superen el metro noventa y cinco que gasta él. Bromea con lo atrevida que soy, también le parezco simpatica, me presento y le pregunto por su nombre cuando me lo dice vuelve a darme dos besos, huele bien, supongo que a masaje de afeitar, me agradan los chicos que se arreglan para venir a junto de nosotras. Bromea conmigo, como me resulta guapo tendré que hacerselo gratis.

-yo gratis te hago de todo mi cielo, pero ¿a que tu me harias un buen regalito?

Va directo al grano y pregunta cuanto es el regalito. A mi no me gusta ser tan directa.

Hace un momento entraron dos clientes, hay dos rumanas al fondo que no hablan con nadie, ya fueron a junto de ellos, soltaron su descarado "¿qué? ¿tu follas?" los clientes se rieron y las dos se largaron con viento fresco, ahora con ellos hay dos brasileiras, con un poco más de paciencia seguro que les sacan algo.

Le pregunto si va a menudo por el Tucán, el me pregunta, casi afirma, si soy nueva, contesto lo obvio y hablamos sobre que ya se había fijado, no se hace mucho de rogar y me cuenta que tendrá un buen regalito para mi si subimos, pongo cara un poco de circunstancias y le pregunto si sabe los precios de "la casa". Es lo bueno de trabajar en un club, cobres lo que cobres los precios son "de la casa", eso te evita el que regateen. La mayoría de hombres creen que así es, y no hay tal, lo que ocurre es que aunque en la mayoría de clubes nos den libertad para ponernos precio solemos tener todas el mismo ¿para que ponerte más? se irian con otras y si te pones menos las otras a lo mejor te explican las leyes no escritas del sindicato de las putas.

Si está dispuesto a hacerme un "regalito" a lo mejor quiere regalar algo más y ahora aún no van a entrar muchos clientes, a lo mejor antes de la cena me hago un par de copas o una botella de champán. Pregunto, mimosa, abrazandolo por la cintura, rozando mi pecho contra el suyo, si va a tardar mucho en beber su copa.

-¿Tienes prisa para que te estrene o qué? -dice el bobo prepotente-
-no, solo que tengo sed y me preguntaba...
-Fran ponle una copa a Miriam -dice casi gritando-

La copa es de treinta euros, mitad y mitad entre la casa y yo. La copa no es copa, normalmente es una bebida que ya le has dicho de antemano a los camareros, te la sirven en un vaso corto y generalmente no tiene alcohol, no podriamos resistir medianamente serenas todas las copas a las que pueden llegar a invitarnos, en mi caso se trata de Nestea simulando un par de dedos de whisky. Hay clubes que tienen botellas trucadas para las chicas, meten en una de J&B, por ejemplo, Trinaranjus de manzana o cosas similares, otros como el Tucán ni se molestan en esa tontería, las sirven bajo el mostrador y nos la ponen en la barra, si un cliente se pone cabezón con que quiere ver lo que tomas (y lo que paga), pues no te queda otra, te bebes una copa de lo que más te apetezca pero normalmente no suele ocurrir, al cliente le da igual, generalmente paga por tu compañia y le importa un bledo lo que tu bebas. Ofrezco a mi cliente brindar por él, él brinda por mi , respondo que por los dos, después me mira y dice que no se cree que esté con una tia como yo, y encima "a estrenar", me hace gracia en un club escuchar frases de ese tipo, pero bueno, si es su gusto pensar así...

Giovana sube con su cliente, lo lleva de la mano hacia las escaleras de los cuartos, al mio le da por bailar agarrados, un horrible vallenato que alguna colombiana habrá puesto en la maquina de discos, simulo que me encanta y aprovecho para meter mi pierna entre las suyas y cogerle por las nalgas mientras lo miro, quiere besarme y rehuyo disimuladamente el beso, ofrezco el cuello, lo roza con sus labios. ¡Que raro!, al otro chico no se acercó ninguna, solo las rumanas vinieron aquí desde que subió Giovana, las despachó enseguida.

Mi cliente termina su copa y me pica: "¿quieres un regalito?", respondo afirmativamente, le digo que me tiene muy excitada, que me encanta como baila (no tiene ni idea, pero conviene alimentar su ego).

Normalmente a los clientes les informas de los precios de la casa, en éste caso parece que no hará falta, ya los conoce, es él quien me coge de la mano y tras un "vamos" sabe muy bien a donde dirigirse.

Al llegar arriba saluda a la Mami por su nombre y ella le corresponde de igual manera. Mami pelotea que da gusto mientras yo cojo mi neceser del casillero que está detrás de Mami.

-Hay que ver que buen gusto tienes, te enrollaste a la mejor y encima nueva, no te quejarás eh
-dirás que me enrolló ella a mi, menudo arte. Siempre que subo con alguna dices que es la mejor
-cariño... es que ya lo sabes, aquí tenemos lo mejor de lo mejor

Ya pagó y yo estoy detrás de él, lo cojo de la mano, tampoco es cosa de estar allí de parloteo con la Mami.

-Es una horita nena, haz que lo pase de maravilla
-si Mami, sabes que no hay fallo

Mami no tiene ni idea de como trabajo pero conviene que el cliente crea que estoy allí por que la casa confia en mi. Me gustan los clientes así, conocidos del personal, con ellos hay una garantía de que, haciendolo medianamente bien, no tendrás problemas, pueden querer cualquier cosa rara pero suelen ser de fiar. Este además es un buen cliente, una hora son cien euros, la casa se queda seis, para mi el resto.

Que encanto de cliente, no quiere nada especial, le pregunto que le gusta hacer y responde, lisa y llanamente: follar, y se rie, como si yo preguntase una tontería, hago como que me disculpo, bueno ya sabes, hay gente que tiene vicios raros...

-yo no, a mi me gusta follar normal, follar bien pero normal -dice sonriente mientras se desviste.

Me quito la ropa descarada, delante de él. Cuando me voy a sacar las botas me pide si me las puedo dejar puestas.

Pues que faena, ¡un polvo de una hora y el muy cabrito quiere tenerme con botas!. En los pases de media hora me encanta que me lo pidan, se gana tiempo a la hora de vestirse y volver a bajar, pero en una hora da tiempo a ponerse varias veces las botas. Disimulo y sonrio.

-Mmmmmmmmmm, me encanta hacerlo con las botas puestas -le digo sonriendo, con cara de vicio- ¿te gustaría que te lave yo?
-no te molestes, se hacerlo solo, además voy a darme una ducha ¿te quieres duchar conmigo?

¡La madre que lo parió! ¡ahora quiere joderme el pelo!, lo miro como riendome y a la vez poniendo un gesto de fastidio.

-cariño, me he gastado un dineral en la peluquería -le digo mostrandole un mechón de mi pelo-
-bueeeno -accede mientras camina desnudo hacia la ducha-

Me tumbo en la cama casi desnuda, solo con las botas, del neceser cojo un poco de KY y lo dejo en mis dedos de la mano derecha. Mientras escucho el agua pienso que no comencé mal en el Tucán, un buen cliente, agradable, quizás un poco prepotente para mi gusto pero educado, hasta podría resultar simpatico. Los clientes, me imagino, que en un club se comportan un poco como nosotras, es posible que finjan bastante, quizás quieran darse un aire que suponen nos resulta agradable, el agua de la ducha paro de correr. Abro mis piernas y comienzo a acariciarme, no por que quiera darme placer ni mucho menos, me unto el KY en mi sexo seco, meto los dedos indice y corazón un poco en su interior, los saco y froto a todo lo largo, sigo frotandome tratando de pensar en algo agradable, al momento sale del baño chorreando agua mientras se seca con la toalla

-estás caliente ¿eh?
-es culpa tuya

Se rie con suficiencia mientras termina de secarse, cuando acaba se tumba a mi lado, coge un cigarrillo de su cajetilla y lo enciende, yo me giro hacia él y comienzo a hacer mi trabajo mientras el fuma placidamente ajeno a todo.

-¿a que no besas en la boca?
-mmmmmmmmm, no me gusta mucho -lo digo casi como disculpandome-

El mueve los hombros mientras expele el humo del cigarrillo, como si no le importase gran cosa, pero estoy segura de que le importa, me subo encima de él y beso su cuello con besos suaves y prolongados, desde el centro del cuello hasta el lobulo de su oreja, entre mis piernas, en mis muslos siento la dureza de su polla. Me siento a horcajadas encima de él, mando mi mano hacia atrás y acaricio sus testiculos, cojo su polla dura.

-vaya, tenias ganas

El apaga el cigarro en el cenicero mirandolo de reojo, después se queda mirandome mientras yo lo masturbo despacito. Su cara es el vivo reflejo del deseo. De todo lo bueno y malo que puede tener ser puta esto es algo que me gusta, ver que un hombre te desea, depende del hombre, claro, algunos te da asco que te deseen pero que se le va a hacer, son gajes del oficio.

Me coge con sus manos por mi cintura y trata de alzarme, casi puede conmigo que soy muy poca cosa, quiere metermela ya

-tranquilo... -le susurro con suavidad-

Bajo mi cuerpo y le doy un ligero beso en sus labios, acerco mi mano al neceser y cojo un par de preservativos, lo miro mientras trato de que mi rostro también muestre deseo, me muerdo el labio inferior, dejo uno en la mesita y el otro lo mantengo en mi mano, recorro su cuerpo con mis labios, hacia su polla, le coloco el preservativo y se la chupo. El hombre que va de putas y no quiere algo especial espera al menos que hagas bien, muy bien, lo basico: chuparla y dejarte penetrar en dos o tres posturas, terminando casi siempre en un misionero o tu a cuatro patas y eso es lo que hacemos, solo que él es comodón y ni se menea ni da trazas de menearse mucho, cuando me canso de chuparsela me subo encima, me la meto y muevo mis caderas en circulos, cuando llego al centro me alzo un poco sacando su polla y me dejo caer de nuevo, cada vez más rapido, cada vez más rapido, más rapido y veo en su rostro que está a punto de correrse, finjo un orgasmo, le clavo ligeramente mis uñas en sus pectorales, se corre como un bendito, yo aguanto un poco mi fingimiento, cuando salió la ultima gota de leche de su polla me tiro encima de él, con mis labios en su oido.

-me has dejado baldada, que bruto, ya decía yo que me gustabas

El no dice nada, sigue moviendo sus caderas arriba y abajo mientras yo voy sintiendo como su polla se va ablandando, la saco antes de que se ablande de todo, saco el preservativo y lo miro, como deleitandome

-mmmmmmm cuanta leche
-te gusta
-mucho, me gusta tu leche -lo digo anundando el condón-

Ni me gusta ni me disgusta, me da igual su leche, lo que me importa es que el condón no esté roto o cualquier cosa similar, le hago un nudo y lo tiro a la papelera. Voy al baño con el neceser, abro un grifo, que crea que me estoy lavando, el agua corriendo me dan ganas de orinar mientras me retoco el maquillaje. La ducha es tentadora. En el neceser tengo un gorrito de plastico, quizás haya suerte y el cliente no se quiera duchar conmigo. Salgo de la ducha con el gorrito en la mano.

-mira lo que tengo
-¿qué es eso?
-un gorrito de ducha ¿quieres ducharte conmigo?
-uf, se está tan bien aquí...
-¿te importa si me ducho mientras descansas?
-no, no, duchate

No está mal, me saco un rato las botas y me doy una ducha. No se por qué una ducha tras estar con un cliente me hace sentir bien, casi como si no hubiese existido ese contacto sexual con pago de por medio, como si hiciese de este acto algo más limpio, como si lavase de mi piel los cien euros que acaban de pagar por acariciarla, por follarme sin amor.

Salgo sin las botas y... ¡mi cliente está vestido!

-cariño... ¿tan mal lo hice? ¿no quieres repetir?
-no, no te lo tomes a mal, lo has hecho de maravilla, puedes preguntarle a la señora que cobra, siempre lo hago así
-pero has pagado cien euros y me fastidia que te vayas así
-bueno, te dije que te daba un regalito

Me abrazo a él y finjo suplicarle que no se vaya, le digo que creo que no lo dejé satisfecho.

-¿es por que no beso en la boca?
-jajajaja, ninguna besais en la boca, eso no me importa en absoluto

Trato de llevarlo a la cama de nuevo pero mi mente, a su manera, reza para que se vaya, se sienta a mi lado, se tumba, le hago arrumacos, desabrocho su camisa, el me abraza, casi parecemos dos novios, ella con ganas y él sin ninguna. Mira la hora y se rie.

-¿por qué te ries?
-me has puesto burrito otra vez y solo queda un cuarto de hora

Compruebo su paquete y efectivamente, está duro de nuevo. le desabrocho el pantalón y cojo el condón que queda en la mesilla

-me gusta como follas -le digo-

Quiero que esté excitado, tiene que correrse en un cuarto de hora, si me paso de tiempo me cobrarán seis euros más, no es que importe gran cosa en este caso pero es mejor que no. A veces te ves en esa tesitura, es mejor perder los seis euros y que el cliente repita contigo a ganarlos y se de sobra que pocas chicas hacen ésto, la mayoría hace rato que lo hubiesen dejado irse.

Lo monto y lo follo con fuerza, apretando mi coño en su polla, me gira y me folla él.

-¡Si! ¡si! ¡si! ¡más por favor! ¡más!

Suplico, grito, cierro los ojos y muevo mis caderas con fuerza, se corre de nuevo, miro mi reloj con disimulo mientras miento "¿como sigo yo trabajando ahora? que polla tienes hijo, me matas", él sale de encima mio y se saca el condón, se lo cojo sonriendo y lo miro, lo miro a él con picardía y lo tiro a la papelera. Faltan cinco minutos.

-cariño, que me van a multar
-que cabrones -dice mientras se abrocha el pantalón- con lo bien que follas deberian de felicitarte

Hago un mohín de disgusto mientras me pongo las puñeteras botas. Rapido el vestido, ya lo colocaré bien abajo, en el baño, el asunto es salir puntual de la habitación, antes de que Mami de dos toques, si puede ser que no de ninguno. Cierro el neceser y aún Mami no dio ningún toque, puedo despedirme de mi cliente con cierta calma, él está en la puerta esperandome, hasta parece un caballero y todo.

-venga corre -bromea- que te invito a otra copa abajo, que te enrrollas de puta madre.
-vamos, vamos...

Cuando salimos ya venía la Mami a darme el toque, la miro sonriendo a modo de triunfo, ella disimula y sigue caminando, la escucho meterse en alguna habitación por detrás nuestra. Dejo el neceser y bajamos al bar.

-Me esperas en la barra, voy al baño un momento
-si claro

En el bar hay algunos clientes, todos están con chicas ¿y Giovana?, me imagino que habrá hecho otro pase, no creo que siga con el cliente con el que subió. El mio bromea con su amigo

-¿Tu no follas o qué, marica?

Su amigo hace un gesto de fastidio, pienso que lo pillaron de rondón, a él no le gusta ir de putas pero hoy tocó, o se juntó con éstos dos por alguna otra razón, le pido en plan cariñoso que no se meta con él, que otro día le apetecerá.

-Que va, no sube nunca, solo viene con nosotros y se aburre aquí diciendo que no a todas.
-no es eso -replica- no me gusta pagar

Se hacen bromas los dos mientras yo trasiego mi copa, el chico que subió conmigo me anima a que lo provoque, a que lo excite sexualmente, le cuenta lo bien que lo hago yo en la cama. No me gusta ese juego y le pido que lo deje, le doy una caricia a su amigo en la cara y lo miro comprensiva

-¿tienes novia?
-si, si tengo
-es normal que no quiera subir entonces -digo mirando a mi cliente, sonriendo-
-bah, yo también tengo novia
-si amor, pero tu eres un toro, necesitas más sexo

El amigo se rie y pregunta ¿un toro?, vuelve a reirse

-éste es un golfo, que va a ser un toro

Entran clientes nuevos por la puerta, terminé mi copa y observo que las chicas están todas entretenidas con otros, no hay chicas para los nuevos, son dos señores mayores.

Me despido, cortes, del par de dos que están discutiendo sobre las bondades de ser fiel, un par de besos a cada uno y un susurro en la oreja del que subió conmigo: "me lo he pasado de maravilla", me da las gracias y me dice que ni la mitad de bien que se lo pasó él, me voy sonriendo de su lado hacia los dos señores que hablan entre ellos en la mitad de la barra.

Me acerco discreta, casi como pidiendo permiso, cuando se perciben de mi presencia llaman al otro camarero del que aún no se el nombre

-jodeeeer... material nuevo.

Vaya, "material", algunos necesitaban unas clases de saber estar, no se me borra la sonrisa. El camarero le da la replica, no le queda otra, en este negocio todos sabemos que paño cortamos.

-y material de primera, caballeros

Y ya que soy material como material me comporto, sin sentimientos, fria, los abrazo a los dos

-¿Y cual de los dos caballeros va a invitar a ésta mujer objeto a una copa?
-una copa dice... pues anda que no es cara una copa
a ver si me van a salir cutres
-a una copa y a diez -dice el compinche mientras pone sus dedos en mi barbilla y la gira hacia el otro- ¿no vas a invitar a esta criatura a una copa?
El otro pone gesto de no tener muchas ganas
-¿que sueles beber?
-el material de primera calidad, como yo, suele tomar champán del caro

Silban los dos, el camarero me mira y afirma con la cabeza, no me equivoqué, dos abueletes dispuestos a gastarse la salud, miro rapido por el bar buscando a alguna chica que pueda apoyarme, están todas ocupadas.

-¿Alguien como tu no tiene amigas o quieres todo el champán para ti sola?

Miro al camarero, su gesto es claro "todas ocupadas", hasta las rumanas, supongo que habrán subido con algún cliente. Una brasileña que está tomando una copa con un cliente se separa de él y me mira, comprendo, no va a sacar más de él y vendrá para aquí, sonrio mirando hacia ella aprovechando una estupidez que dice alguno de los dos abuelos. No se ni el nombre de la brasileira para presentarla, la veo caminando como quién no quiere la cosa, ya se despidió del chico con el que estaba, Le digo a los abuelos que les voy a presentar a una amiga, que seguro que les gusta, uno me advierte: "tiene que ser tan guapa como tu, si no nada". ¡que te den! tu lo que quieres es carne joven, te follarias a una escoba con patas mientras tuviese veintitantos -pienso para mi- camino unos pasos y hablo con la brasi al oido

-creo que son buenos clientes
-son -afirma- eu conhezo eles
-ven conmigo entonces ¿como te llamas?
-Natalia

Nada más llegar Natalia ya se agarró a uno de ellos, es más alta que él y el pobre abuelo está bizqueando con la exhuberancia carioca que tiene delante del rostro. Tras las presentaciones pregunto:

-A que tan buen material merece una celebración adecuada
-Jose -me acabo de enterar del nombre del camarero más mayor- lleva champán a nuestro reservado, pero del bueno eh

Me da la risa tanta presuntuosidad "nuestro reservado", bueno, eso indica que son asiduos, deben de ser gente de mucho dinero, los trajes van de mil seiscientos euros para arriba. Lo del champán del bueno ya se sale. Normalmente en los clubes hay Codorniú y Freixenet, éste ultimo es el champán del bueno, supongo que como es dorado cobran más cara la botella.

¡oh sorpresa!, a pesar de la zafia apariencia del dueño el camarero trae Moet ¿ésto a como lo cobran? ¿que me llevo yo?, nadie me dijo nada.

-me disculpan un momentito por favor, vengo ahora...
-claro, claro hija, ¿como no te vamos a disculpar?, pero vuelve eh

Voy hacia el camarero y antes de llegar ya puedo casi leer sus labios, Natalia y yo repartiremos trescientos euros de cada botella, me lo confirma cuando llego a su altura

-¿no te lo habian dicho?
-no
-bueno, es normal, eso solo lo beben ellos dos, luego te cuento

Cuando vuelvo a junto de ellos veo que Giovana y su cliente acaban de bajar y van hacia la barra, ¡que perra!, subió con el otro por que sabía que pagaba más tiempo. No se de que me quejo, yo hubiese hecho lo mismo.

Me agarra del brazo, sin brusquedad

-Si esos dos quieren más chicas avisame, te vas a llevar una plata muy grande
-si claro, no te preocupes, te llamo
Me habla rapido y al oido
-tira todo el champán que puedas a la maceta que hay en el reservado, cuanto más tires más pedirán, hazte la borracha dentro de un buen rato, no creo que suban, a veces lo hacen pero no creo.
-gracias Giovana, si quieren más chicas te llamo
-voy a cenar rapido, le diré a Jose que os ponga algo de picar, al menos así tu y Natalia comereis algo.
-gracias

Y Giovana va con su cliente mientras a mi me salta el corazón dentro del pecho, menos mal que las plantas de las macetas de los clubes son artificiales, que si no iba a acabar mal la pobre.

Me siento al lado del abuelo que me dejó Natalia, pero el que está con ella aprovecha para catar carne

-que bien te quedan esas botas -dice mientras da unas palmaditas en mi muslo-

Yo me hago la estrecha y hago como que no quiero, ellos rien y bromean sobre que salí algo monja, me van a pervertir.

10.01.2006

3.- Mercadillo en el Tucán.

Estoy sentada mirando hacia la chica de la maquina de discos. ¡Qué horterada! ¿a qué hombre puede gustarle semejante cardado-pelo-paja?, la chica es exhuberante no cabe duda, una imitadora de Pamela Andersson de septima categoría. El fotógrafo debe ser insuperable en creatividad ¿donde venderán esas cananas de balas para ametralladora?.

Sobre el mostrador hay un falso techo de escayola, apenas se ven debido a la poca luz existente, pero aún están ahí los adornos de navidad ¿de qué navidad serán?.

Entra un hombre con un maletín grande, negro, va muy bien vestido. De pronto el Tucán es un ir y venir de chicas hacia él, solo permanecemos sentadas Giovana y yo, ella me mira, yo hago que no me doy cuenta. Las chicas comienzan a subir a las habitaciones y a bajar con dinero que le pagan y él les va dando recibos, a algunas les entrega un recibo, a otras la cajita con la correspondiente joya que le compraron tiempo atrás. Venden a plazos, si, pero la chica tiene que fiarse, le vas pagando y cuando le has pagado todo te da la joyita correspondiente. El hombre tomó posesión de una mesa en un reservado y allí hace sus intercambios de joyería. Me fijo de reojo en Giovana, va cargada de oro, anillos en casi todos los dedos y una medalla que seguro tiene la imagen de algún hijo.

-¿A las españolas no les gustán las alhajas? -me pregunta-
-supongo que a algunas si y a otras no
-¿a vos?
-ni fu ni fa, cuando veo alguna bonita la compro pero tampoco es que me pierda por eso
-Rafael tiene cosas bonitas
-puede
-cuando voy por la calle no suelo ver a las españolas con mucho oro, en Colombia nos encanta
-no lo se, nunca estuve allá. Es tu hijo, -pregunto señalando el colgante de su cuello- no lo veo bien
-noooo cariño -me lo muestra cogiendolo entre sus dedos-

Es una cabeza de serpiente mostrando sus colmillos grabada sobre una plaquita de oro. Supongo que nota mi cara de extrañeza:

-Tu llevas un puñal, yo una serpiente -me dice con cierta sorna-

No queda otra que sonreir.

Decido acercarme al vendedor de joyas, por curiosidad y por matar el rato más que nada, no creo que de momento me vaya a hacer rica con la clientela que va a entrar. En un club las dos primeras horas son practicamente muertas, solo entra algún que otro cliente más despistado que otra cosa, gente que va en ruta y decide hacer una parada, a veces ni para follar, simplemente por tomar algo viendo carne y caras bonitas, muchas veces acercarse a ellos es más perder el tiempo que otra cosa.

Muchas chicas ya terminaron sus transaciones con el vendedor de joyas y le piden a los camareros alguna copa, combinados más o menos fuertes: vodka con lima, whisky con ginger ale, bacardí con limón... Las brasileiras envuelven su copa en una especie de posavasos que, con las dobleces adecuadas, confeccionan con una servilleta y sujetan la copa justamente por él. A alguna le pregunté el por qué, a tres o cuatro, todas respondieron lo mismo: e chique. No lo hacen por la gran utilidad que eso pudiese tener, supongo que lo vieron en alguna telenovela y les parece eso: chic. En general las sudamericanas que trabajan en éste negocio carecen de una gran cultura. Cuando no son analfabetas suelen leer mal, escribir peor y su nivel de estudios no va mucho más allá de la primaria nuestra, hay excepciones pero pocas. Sin embargo casi todas éstas chicas aparentan todo lo contrario pero casi siempre por sus ademanes, gestos, uso de las palabras adecuadas. Generalmente el hombre que acude a un lugar como el Tucán no viene a que disertemos de metafisica, de algebra o de nanotecnología. Viene a lo que viene, a distenderse o a follar, así que no es dificil disimular la falta de cultura y conocimientos, con ser educada es más que suficiente. A veces viene algún pedante que trata de deslumbrarnos con sus conocimientos sobre los más variados temas, con saber escuchar y hacerse la interesada basta, eso y no otra cosa, creo que es lo que busca el pedante que acude a puticlubes. Recuerdo hace tiempo en un club extremeño fronterizo con Portugal, un portugués hablaba a gritos contra los españoles, venía a decir más o menos que España toda había pertenecido alguna vez a Portugal, el pobre idiota debió de dar con una de las pocas brasileiras medio instruidas (o que le gustaba leer) y la chica -por lo que contó después- le comenzó a llevar la contraria razonadamente, el cabrón ignorante terminó mandandola a la mierda con toda la mala baba del mundo. Acabó en la calle con una patada en el culo, lo echaron los camareros. No es bonito ponerse a gritarle en un club a una chica que es una puta de mierda y otras lindezas, debido a las cuales sus conocimientos sobre historia son nulos. El caso es que así van las sudamericanas, con detallitos como el del posavasos y otros muchos conquistando a unos y a otros, sintiendose por escasos minutos las reinas del glamour. Al principio, cuando comencé a trabajar en clubes de carretera me preguntaba de donde sacarian esos detalles "chics", las poses, sus formas de hablar, de ladear la cabeza, de fumar, de sentarse, no tardé mucho en descubrirlo: de las telenovelas.

Algunas chicas siguen con sus copas, pidiendolas o tomandolas, lo hacen para animarse, a muchas se les hace dificil comenzar a trabajar sin "coger el puntillo", alguna que otra va al baño, no son pocas las que se meten algún que otro pericazo a lo largo de la noche.

El joyero se da cuenta de mi presencia mientras miro sus muestrarios, no hay nada que me interese, trae lo tipico, un montón de piezas bonitas, muchas de ellas realmente delicadas pero nada del otro mundo, también trae algunos cordones y esclavas para hombres, suelen comprarlas los propietarios de los clubes, algún que otro camarero o nosotras mismas para nuestras parejas aunque estilamos más el sello con unas iniciales. Yo nunca compré nada para ninguna pareja, aún no conocí a nadie que merezca semejante atención por mi parte.

Me pregunta si desearía alguna cosa, le digo que no, que solo curioseaba, se extraña de encontrar una española, charlamos de alguna trivialidad y me pregunta por el puñalito que llevo al cuello, le digo que es una baratija y enseguida me pica

-sería muy elegante en platino

En un vendedor de club no hay cliente, ellos son como nosotras, van a lo que van, a hacer dinero, la oferta y la demanda, así que...

-Serias tan cutre de recomendarme está mierda en tu joyería
-Bueno mujer, a tus compañeras...

Me voy sonriendole, he visto entrar a dos clientes... se me adelantaron unas brasileiras. Creo que Giovana se dio cuenta de mi cara de fastidio, cuando vuelvo a sentarme junto a ella me explica:

-No te preocupes cielo -dice con retintin-, no te perdiste nada, son vendedores de ropa

El joyero ya está saliendo por la puerta, al pasar a mi lado aprovecha para tocar carne, me da un par de palmaditas en la rodilla y me susurra para que no lo escuche Giovana

-Para ti haría la gargantilla más bella y delicada que pudiera verse en el mundo, quedaría preciosa en ese cuello.
Sonrio y pregunto:
-¿gratis?

Se va sonriendo.

Casi todas las chicas están en un reservado, uno de los vendedores de ropa fue a por dos bolsones inmensos de género, hay un gran jaleo. No es ropa normal, es ropa que decimos nosotras "de trabajo", suelen traerla de Brasil: minivestidos, tangas o bikinis en color fosforito, minfaldas, tops... Ropa con la que no se puede, bueno sería mejor decir no se debe, de ir por la calle, a no ser que quieras hacer que los albañiles se caigan de los andamios. Ni me acerco, no me cabe ni una pieza de ropa más en la maleta y la tengo practicamente toda nueva, seguro que si me acercase terminaría comprando algo y además... ahora si entran tres hombres y Giovana se les está acercando contoneando las caderas, supongo que no los querrá todos para ella.

Creo, por lo que he visto, que Giovana no tiene muchas amigas en el club, no se por qué, pero tampoco es plan de meterme a lo bestia detrás de ella en brazos de alguno de los chicos. Me coloco cerca, es mejor esperar a que ella me haga una indicación, una mirada, o que al menos alguno de los chicos me mire. No es bueno pisar el terreno de otra chica por las bravas y menos el de una tia que lleva como amuleto la cabeza de una serpiente con ganas de morder.