11.30.2008

10.-Las dos polacas

Le dejé, casi exigí que me comiese el coño. Al principio se quería negar, supongo que le daba cierto reparo comerle el coño a una puta, pero a la vez era un pelele en manos de una mujer

-¿No quieres ponerme a mil por hora? -le dije mientras lo agarraba del cuello y lo empujaba para que se pusiese de rodillas ante mi-
-vamos, vamos... tranquilo... -le dije mientras se iba arrodillando- matame de gusto

Y senti su lengua, torpe al principio, más hábil al pasar un minuto, sentí su aliento, sus besos, en mis ingles, noté el frescor de su lengua en la raja de mi coño, la punta de su lengua jugando en mi clitoris. Agarré su cabeza con fuerza, apretándola contra mi sexo.

Me miraba en el espejo grande que había sobre la cómoda, me veía allí, con mis botas altas puestas, desnuda, mi pecho erguido, mis pezones duros, y el hombre allí postrado, como un perro, comiéndome, dándome placer. Me sentí poderosa. Cuando me corrí en su boca se levantó, tenía los morros llenos de mi flujo, se los limpié con la mano. Me faltó poco para decirle que parecía un puerco babeado. Su polla estaba que reventaba. Lo tumbé en la cama y le coloqué el condón, subí encima, me moví exactamente dos veces y... se corrió.

Estuve tentada a pasar de él, darle prisa y joderle parte de los ciento veinte euros que había pagado por una hora, no había pasado ni un cuarto, a semejante niñato si le dices que aire, comienza a pensar que está entre gente peligrosa y sale con las orejitas bajas. Me dio pena, me tumbé a su lado diciendole palabras cariñosas y que lo había hecho muy bien, mientras, jugueteaba con su polla.

Se le puso dura otra vez y dejé que me follase, yo gemía y jadeaba, como si estuviese disfrutando del mejor polvo de mi vida. Lo recuerdo bien, mientras me estaba follando yo pensaba en que tenía que hablarle a Toño sobre como iba lo de las salidas, un cliente hacía unos días me había dicho que me llamaría para salir con él toda la noche, no era cosa de dejar al azar el asunto, una salida puede ser peligrosa, conviene que el personal del club tenga idea de con quien vas y más o menos a donde. Cuando me di cuenta el niñato del mercedes ya había llenado el condón de leche.

-¡Ay! -me queje- la tienes demasiado grande para mi, no se si podré seguir trabajando
-si, eso me dicen muchas -respondió ante mi asombro el pollacomoda-

Era evidente que solo se tiraba a putas, como yo, a todos los tios les decimos que la tienen grande.

Bajamos y me despedí de él, había más clientes por el club y tocaba rondarlos. No hizo falta.

Hacía un par de días que habían llegado dos polacas, rubias, altas y muy guapas. Las dos estaban con un cliente al que tenían embobado y camelandolo para subir con las dos. Ocurría que el cliente quería subir con ellas en la creencia de que eran hermanas pero... también me quería a mi con ellas.

Una de las dos polacas vino con bastante escandalo y urgencia a decirmelo, que tenía que subir con ellas y el cliente.

-¿Qué quiere hacer con las tres? -pregunté-

Lo normal es que algunos clientes quisieran subir con dos pero ¿con tres? me resultaba un poco raro.

-¿qué te follemos con vibradores? -me dijo con su acento polaco-

Vale, no hay problema, solo aclaré que no hago lésbicos fingidos. Lo normal entre putas es fingir el lésbico, hacer el paripé, por ejemplo haces que besas o lames pero cierras los labios y pasas la punta de la nariz o cosas así. Soy bisexual y lo único que no hago con una tía en un club es comerle el coño, pero por mera precaución ante enfermedades de transmisión sexual, el resto lo quiero todo y a veces hasta lo disfruto. Además, no me gusta que el cliente se de cuenta y monte la de Dios es Cristo, que encima quedas como una estafadora.

-No te preocupes, solo quiere que nosotras te follemos con vibradores -volvió a repetirme-

Me acerqué al cliente, curiosa, y le inquerí, amable, sonriendo, sobre el por qué de ese empeño en que yo fuese follada por las polacas. El cliente tenía bastante fantasía en la cabeza y en esa fantasía entraban dos duras alemanas follandose a una española menudita y poquita cosa, como no había alemanas bien valian unas polacas. Dicho y hecho, al poco rato estabamos todos en la habitación y ahí comenzó una historia de las más rocambolescas que me sucedieron siendo puta.

El tío ni quiso que lo lavasemos, dijo que él ni nos tocaría, lo único que quería era vernos "en acción" y en acción nos pusimos. Las polacas fueron al baño, una primero, otra después sin que saliese la anterior y tardaban una eternidad en salir, yo tumbada en la cama, esperando para ir al baño y ellas que no salian y el cliente, que había pagado dos horas que protestaba. Me acerqué a la puerta del baño y la habían cerrado, toqué y antes de que abriesen hicieron un montón de ruido. les pregunté tras cerrar la puerta y en voz baja que cosa hacian que tardaban tanto, respondieron un tanto azoradas que no hacian nada. Una estaba guardando algo en su neceser, lo quise ver y se negó

-¿es droga o algo malo? -pregunté-

Negó con la cabeza ¿si no era droga que diablos era? ¿por qué no podía verlo?, les volví a preguntar que era lo que escondían, no quería problemas ni malos rollos. Si hay una redada y te encuentran en un cuarto con dos chicas y un paquete semejante lleno de droga vas a tener problemas para explicar que no es tuya. Apartó el papel y era un triptico con imagenes religiosas

-Virgen de Cracovia -me dijo-
-ah

Les hice unos gestos para que saliesen ya, el cliente se impacientaba. Eran bastante toscas en la cosa de follar, así que sin mucho miramiento me vi comiendole el pecho a una y siendo follada por un strapon que se colocó la otra, pero sin arte, ni fingimientos ni nada, la del strapon casi me hacía daño y la otra me metió un dedo en un ojo y yo soportando como podía todo aquello, a veces miraba por el rabillo del ojo y veía al cliente pajeandose en el sofá de la esquina ¡Dios! ¿como podía masturbarse? si aquello era lo más antierótico que alguien podía ver. Yo de él pediría que me reembolsasen mi dinero, las dos polacas estaban logrando un puñetero timo y aquel hombre parecía disfrutarlo.

De pronto, la polaca a la que yo le estaba comiendo el pecho comenzó a llorar, primero gemía y pensé que a lo mejor le estaba gustando pero no, cada vez su llanto era más fuerte y ya se notaba a todas luces que lloraba. Su compañera le decía algo en su lengua que yo no entendía y también gimoteaba, yo totalmente descolocada sin saber que sucedía ¿eso estaba pactado? ¿lo habían hecho alguna otra vez con ese cliente y le gustaba que fuese así? Me faltaba nada para ponerme de pie y preguntar que coño pasaba, pero no, solo pensaba en que el cliente, que seguía masturbandose, se corriese y terminase todo aquello. Comenzaba a tener hasta miedo y todo.

De pronto, la chica a la que yo le lamía el pecho (que de ahí no salian) dio un salto y salio corriendo para el baño gritando no se que cosa. La que me folla le grita en su idioma algo pero sigue follandome, me folla muy fuerte con el strap, tanto que me hace daño, grito, la que me folla sale corriendo también para el baño y yo me quedo a cuatro patas sobre la cama. Miro al cliente dispuesta a pedir disculpas y... se está corriendo como un cerdo.

¡Buf! ¿qué demonios pasa? esto me supera de largo. Me levanto de la cama y las polacas están dando voces histericas en el baño. El cliente me mira con los ojos medio en blanco, tiene un gesto que da la sensación de que le dio un mal. Le pregunto si está bien y dice que si con la cabeza, tiene un montón de semen sobre su vientre. Las polacas siguen dando gritos y gimoteando en el baño.

Doy un par de golpes en la puerta y contestan algo en polaco, después dicen que no puedo pasar. Las puertas de los baños tienen un agujerito en el pomo, si se mete un prendedor de pelo o cualquier objeto metálico largo por ese agujerito se presiona un resorte y se abren, lo hice, la abro y allí están las dos, llorando, con un montón de rimel por la cara, abrazadas y con el triptico de la Virgen de Cracovia sobre el lavabo.

-Pecado... mucho pecado -me dicen, aterrorizadas-
-¿pecado? -trato de guardar la calma-
-si, mucho pecado, Nuestra Señora perdona follar por necesidad, pero esto vicio, mucho pecado

¿De donde sale la gente así? ¿quién les come la cabeza de esa manera? Me siento en la esquina de la cama, dispuesta a vestirme. Miro hacia el cliente, que aún sigue allí, como ido, le digo que puede echar conmigo un polvo normal, si quiere, o si lo prefiere hablo y cuento lo que pasó para que le devuelvan el dinero.

Se limpia el semen con los pantis de una de las polacas y comienza a recomponer su ropa

-¿devolverme el dinero? ¡joder! un show como este es impagable
-¿no quieres un buen polvo tampoco?

Me jodía que se fuese así, con toda aquella chapuza.

-Un buen polvo si lo quiero lo tengo por ahí, para tener sexo normal no vengo al Tucán.
-como quieras, no puedo hacer mucho más por ti
-no te preocupes, eres una tía legal

El tío antes de salir mira a las dos polacas que están en el lavabo, abrazadas y llorosas pidiendo aún perdón a su Virgen de Cracovia. Yo me visto, cojo mi neceser y me dirijo a la puerta. Me dan pena las dos polacas.

-¿Si vuestra madre se enterase de que sois putas os perdonaría?
-ella sabe eso, ella perdona, mandamos dinero

A veces todo lo arregla eso, te perdonan si mandas dinero. Hay cientos de chicas así, sus hermanos, sus padres, a veces incluso primos, saben que su pariente de sangre es puta en España o en cualquier otro lugar ¿qué más da?. Renegarán de la putería mil veces pero otras mil se la perdonaran a su familiar, manda dinero.

-¿la Virgen de Cracovia no es mejor, más buena que una madre?
Comienzan a recomponerse, una se lava la cara, otra se va vistiendo, la Virgen de Cracovia allí, mirando impasible la escena.
-Si, muy buena, bondadosa, muy bondadosa
-entonces ¿si vuestra madre os perdona creo que la Virgen también ¿no?

Miran las dos el triptico y lloran de nuevo

-¿por qué sois putas si sufris así?
-hambre en casa, hambre -dice una de ellas- no sufrimos en polvo normal, pero esto vicio, mucho pecado
-La virgen os perdonará
-¿como sabes ?
-Un día me confesé y el cura me dijo que Dios me perdonaría -les miento-

Comienzan a hablar en polaco entre ellas.

-¿En el pueblo hay iglesia?
-¿para? -pregunto mientras me retoco los labios-
-¿para confesar?
-Si, en todos los pueblos de España hay iglesia, a veces varias

Salí del cuarto, la Mami me interrogó sobre que había sido todo ese barullo, hice un gesto con la mano y le dije que no se preocupase, que todo estaba bien. No vi más a las polacas en toda la noche, más tarde me contó la Mami que se habían encontrado mal y se habían ido a dormir, volvió a preguntarme por lo ocurrido en el cuarto, le dije que no se lo iba a contar.

-Miriam debes...
-no debo nada Mami, preguntales a ellas, si quieren que te lo digan.

No es buena idea irse de la lengua en un puticlub, posiblemente aquellas dos polacas no habrían hecho nada contra mi pero ante otras me convertiría en una vulgar chivata y eso, según que gente, no lo perdona y para colmo pierdes confianzas que cuesta mucho ganar y pueden venir bien, así que en boca cerrada no entran moscas, ni salen tonterias. Decir algo que en nada te puede beneficiar y perjudicar en mucho es demasiado estúpido.

Al día siguiente, a eso de las cuatro, estaba viendo la tv, aunque tenía una televisión en mi cuarto prefería verla allí, me resulta divertido ver telenovelas con colombianas y brasileiras, lloran, a veces hacen drama, discuten de quien es bueno o malo, vaya que lo viven y me resulta divertido, más que la telenovela, bastante más.

Vi por la ventana como llegaban las polacas con el taxista, salí a su encuentro, sabía de donde venían y tenía curiosidad por saber como les había ido con el cura.

-fuimos a dos iglesias
-¿y eso?
-en la primera iglesia el cura era el cliente
-¿qué cliente? -pregunté sin caer en la cuenta-
-el cliente Miriam, el que pagó por vernos a las tres juntas
-¿Os perdona la Virgen?
-Tenemos que rezar mucho, y el sacerdote dijo que diesemos limosna

¡Vaya! como casi todas las madres la Virgen también te perdona, o al menos te comprende, si le das dinero.

12.02.2007

9.-El Narcotraficante

Lo he visto por la calle, alguna vez tuve que ir al pueblo cercano a comprar algo y allí iba, con su mercedes 190 negro con un alerón y una pegatina horrible en sus partes laterales inferiores TURBO dice la pegatina. el pelo rizado, largo y cayendole en rizos por la nuca, bigotito y perilla ralas, alto y fuerte. Se bajó del coche para entrar a una tienda de electrodomesticos, vestía una chaqueta de ante marrón claro, vaqueros y botas vaqueras negras, de puntera, en las punteras unos añadidos plateados, pulsera de oro en la muñeca izquierda, reloj del mismo preciado metal en la muñeca derecha, varios cordones, también de oro al cuello. Se que se llama Nestor y parece salido del más cutre narcocorrido mexicano.

Acaba de entrar por la puerta, yo estoy sentada en la barra, aburrida, ya pasaron algunos clientes por el club y me hice un par de ellos, algunas chicas están en el comedor-cocina cenando, yo ya cené, no tenía mucha hambre y solo comí un par de sandwiches de jamón y queso. Me da asco el aspecto de Nestor pero quien sabe, puede ser un buen cliente, dinero al menos parece que tiene. Se acerca a mi, se pone justo a mi lado pero no dice nada. Lo miro desde el taburete, me devuelve la mirada y me saluda

-hola pequeña
-¿pequeña? -odio que me digan semejante parida- puedo ser muy grande... en la cama
-para la cama ya tengo quien me satisfaga

Es cierto, se que algunas chicas le pagan en carne ciertos favores, es conocido, solo hay que acercarse a su casa y sabes que por un polvo tendrás unos tiros de buena cocaina, el presume de que es fresquita, recién traída de las rías gallegas.

-puede, pero a lo mejor no son capaces de satisfacerte como yo
El va a lo suyo
-¿te va la coca?
-no, no meto nada -le digo mientras pongo cara de inocente- solo dejo que me metan carne de la buena

Soy soez con él, Nestor dista mucho de ser una persona elegante, aunque el crea lo contrario, posiblemente -pienso- prefiera a una chica "dura". Se ríe con ganas.

-no es malo meter coca, trabajas mejor
-no la necesito, trabajo de maravilla sin ella

En la esquina del fondo aparece el dueño del club, con la camisa que lleva, azul electrico con flores granates parece recién bajado de una nave extraterrestre, se engominó los cuatro pelos que le quedan y para colmo lleva unas rayban de sol con cristales marrones, lo saluda desde la distancia y Nestor pasa de mi para ir a junto de él, se meten para dentro de una puerta que hay al fondo de la barra. Antes el dueño vocea: ¡joder nenas, moveros un poco que os va a entrar el frio!. Este tío es gilipollas, no hay ni Dios en el club, solo Nestor y los camareros ¿para que querrá que nos movamos?, casi todas dirigimos la vista hacia él, casi todas preguntamos con la mirada: ¿para qué?. Se da cuenta de que hizo el bobo pero no da su brazo a torcer. El camarero está de pie en el centro de la barra, con un sacachapas golpea suavemente el metal de la nevera al ritmo de la música que suena, el dueño le grita: ¡y tu! ¡haz algo, cojones! limpia las botellas, el camarero con cara de hastío suelta el sacachapas, coge un trapo y comienza a limpiar botellas. Nestor y él se meten atrás. Supongo que tendrá que saldar cuentas, Nestor no trafica en el club de gratis.

Algunas chicas, además de traficar para otras, o para clientes, también consumen, alguna que otra buenas cantidades, una colombiana con las uñas postizas y superdecoradas tiene la uña de su meñique muy especial: de oro con grabados en forma de vegetación, supongo que eso, para ella, es el colmo de la elegancia, a algunos hombres les pone esta chica, supongo que la creen cruel y lo es, cuentan que anduvo enrolada con los "paras" en Colombia y mató gente, era una especie puta para ellos, pero si había que matar no se cortaba un pelo. Puede ser pero no lo creo, muchas chicas crean leyendas a su alrededor, simplemente con su silencio, no desmintiendo un rumor que alguien lanzó un buen día. Si se que es cruel porque subí con ella para hacernos un cliente, el cliente le pidió que le pisase la polla con la aguja de sus tacones, se lo pisó con ganas sobre un mueble mientras le llamaba cabrón, el cliente comenzó a sangrar como un cerdo, yo me asusté y ella ni se inmutó, tuvo que intervenir la mami y vendarle la polla, al parecer era un pequeño corte pero ahí sangra mucho, lo dijo la mami, el pobre cliente se fue lamentandose: "estoy casado, a ver que le cuento yo ahora a la parienta" la mami tras él poniendole la mano sobre el hombro y pensando a mil por hora una excusa para la mujer del pobre bobo, seguro que se la dio antes de llegar a las escaleras

-te pasaste -le dije a la colombiana-
-que se joda, por cabrón hijoeputa.

Lo dijo con una sonrisa de satisfacción, recreándose.

-Joder tía, parece que te gustó hacerle eso
-claro que me gustó, mi amor ¿quieres que te haga algo parecido a ti también?.

Me asustó, me callé la boca, terminé de arreglarme y salí del cuarto.

La colombiana asesina estaba cenando, cuando entra de nuevo al bar el camarero le dice algo y ella pasa al cuarto donde están Nestor y el jefe. Al rato tras la pertinente indicación del camarero entran a la oficina-trastero dos colombianas más, después una brasileira que se acuesta con el jefe.

Estoy camelandome a unos chicos que entraron, me pillé al más guapo, bueno, no se si por guapo, más por que traía las llaves del coche en la mano, el llavero consistía en una pequeña tira de cuero con la estrella de Mercedes en el extremo, supuse enseguida que es un niño de papá y que papá le dejó además del coche trescientos euros para que se corra una juerga. Sus dos amigos, casi seguro, van de remolque, invitados por el nene del Mercedes, no me equivoqué, sus amigos rechazan a las chicas que se les acercan, con buenas palabras pero las rechazan, el nene me tiene abrazada por la cintura y tengo una copa de treinta euros en mi mano. Mientras el nene me dice no se que cosas sobre mi copa sin alcohol y que a él no le gusta pagar por lo que no es y yo lo convenzo de que bebo lo que me gusta y que si no se lo cree puedo pedirme un cubata, pero claro "te costará más", además si me coloco... en la cama me pongo muy caliente, se lo digo guiñando un ojo, el nene no tarda en preguntarme que quiero beber, un Benjamín me parece excesivo, posiblemente no tenga dinero a espuertas, si puedo se lo sacaré todo pero con tiempo, le digo que me gusta el ron con ginger ale (lo probé un día de una compañera y no estaba mal, para alguien que no bebe es tragable). Mientras el nene indica al camarero mi nueva petición las tres chicas salen del trastero oficina con las narices bien polveaditas, la colombiana de la uña de oro se retoca algo en el sujetador que lleva bajo una blusa transparente, posiblemente haya guardado ahí, de momento, unas cuantas papelinas de buena perica. La miro disimuladamente mientras desaparece por la puerta que sube a nuestras habitaciones. Seguro que aparecerá minutos más tarde, la perica, debidamente cortada la dejará en su cuarto desde donde la irá suministrando poco a poco a algunos clientes y a algunas chicas necesitadas de cierto ánimo para trabajar. El jefe y el narco salen sonrientes unos minutos después, toman una copa mientras se ríen las gracias de forma un tanto exagerada. Antes de que el narco se vaya se estrechan la mano. El negocio debe de ir viento en popa. Cuando nuestro suministrador particular de ilusiones pasa a mi lado me sonríe, le devuelvo, educada, la sonrisa, se acerca a mi oreja y me susurra con suavidad, parece que quiere ser seductor y todo: "algún día te hará falta y tragarás", lo cojo por el cuello para que se acerque a mi, para que acerque su oído a mis labios, mientras le hablo se lo rozo con ellos, suavemente: "el día que trague tu me pagarás para que lo haga y... no lo olvidarás", nos separamos sonriendonos hipocritamente, el sabe que yo nunca compraré el material que vende, yo se que él nunca pagará para subir conmigo, tiene chicas de sobra, seguro que no es el único club de la zona al que suministra.

El nene que me estoy camelando se estaba haciendo el longui, como que la guerra no iba con él. Los clientes de un club suelen guardar ciertas distancias cuando se topan con según que gente, por un momento temo que perderé al nene, a casi nadie le gusta subir con una puta enmacarrada, sus cabezas empiezan a pensar en explotación, trata de blancas, cosas raras. Echo mis brazos a su cuello y lo noto frío, algo distante, pongo cara de mimosa y le pregunto que le ocurre, casi balbucea:

-¿es tu macarra?

Me río, desafiante, como diciendo "buena soy yo para eso, me como los tíos crudos", hago un gesto como quitando importancia mientras le respondo

-¡qué va! ¡por Dios! solo es un cliente que estaba esperando para subir conmigo, lo hace a veces, pero le dije que estaba contigo, que tendría que esperar más si quería disfrutar de este cuerpo.

Mientras digo las palabras "este cuerpo" me golpeo con la mano una nalga.

Que bobos son los hombres, solo eso bastó para que ante mis ojos se le hinchase el pecho y le volviese la sonrisa a la cara, solo le faltó darle un codazo a los colegas y decirles "veis, soy la hostia, me prefiere a mi que al tío duro ese"

Aprovecho para acercarle su copa, como mimándolo, cuidándolo, le digo al oído que el alcohol me pone muy caliente y si un hombre sabe como tratarme puede hacer de mi lo que quiera.

-¿cuanto me saldría subir contigo? -pregunta-
-Poco cariño -digo mientras me aprieto contra él y rozo mis labios en su cuello- sesenta euros media hora pero... quiero pasarlo bien
-media hora... es poco
-ciento veinte una hora

Preveo que me va a regatear y sigo diciendole

-no puede ser menos cariño, el jefe, ya sabes

Asiente con la cabeza, le dice algo a los colegas, me coge de la mano y me dice un escueto "vamos". Camino delante, moviendo el culo con parsimonia, excitándolo, se que llevo detrás de mi a un perro en celo, un perro faldero, un niñato del que haré lo que quiera en la cama y me apetece un orgasmo, posiblemente le permita comerme el coño si es generoso.

5.20.2007

8.-El primer cliente de la tarde.

Aún es por la tarde y el cielo castellano está azul, aún hace calor pero la temperatura comieza a ser un poco más agradable, es la hora en que la gente de los pueblos sale a dar una vuelta, a tomar algo, a pasear con los niños. Sería una buena hora para dar un paseo por algún camino entre los campos de cereal. A esa hora ideal, si eres puta, tienes que encerrarte en un lugar oscuro, con luces tenues que semeja la noche. La mayoría de puticlubes tienen ventanas con pesadas cortinas, a veces, cuando llevas un rato de trabajo apartas con la mano una de esas cortinas para ver el exterior, más por ver si llega algún coche al aparcamiento que por ver el paisaje y la luz hiere tus ojos. En los meses de invierno no te das cuenta de este detalle, no echas de menos darte un paseo a esa hora por las calles de algún lugar bonito, al fin y al cabo fuera, en invierno, suele hacer frio y dentro se está calentita. En verano la cosa cambia y te encantaría estar fuera, disfrutando, paseando, con tu novio tomando algo en una terraza, sin embargo el día, para una puta se convierte en ese momento en noche ¿cuanto hace que no disfruto de una puesta de sol?, ni lo se.

En estas fechas, a primera hora no suele haber clientes, están con la familia, con sus quehaceres, llegando a sus casas, tomando una ducha después de la jornada laboral, así que te aburres como una ostra en el club, algunas chicas hablan sentadas en los taburetes o en los sofás, otras toman alguna cosumición con alcohol, solemos tener derecho a dos o tres diarias, no son pocas las chicas que manifiestan no poder empezar a trabajar sin un par de copas, algunas además de eso se meten su correspondiente dosis de cocaina, otras un porro en el baño o en sus habitaciones antes de bajar a trabajar. Para trabajar en esto hace falta cuajo y cada una, cuando no lo tiene de natural, lo busca donde puede. Siempre hay una o dos chicas que comienzan la jornada dejandose un buen dinero en las maquinas tragaperras. Los dueños de los clubes saben de sobra que los clientes no van a un burdel a jugar a las tragaperras pero sacan un buen dinero y cambios de estas gracias a que en la casa siempre hay algunas chicas que están enganchadisimas a ellas.

Otras nos dedicamos a observar y a pensar desde algún rincón en la penumbra, observando vas calando a cada chica, con el tiempo incluso crees que puedes intuir cosas de sus pasados, del porque están en la putería, que va, la realidad a veces supera a la ficción cuando intimas un poco con ellas y te cuentan sus vidas.

Hay una brasileira que la casaron con 15 años con un terrateniente, el terrateniente tenía tantisima tierra que necesitaba una avioneta para desplazarse por ellas y observar su ganadería. Le hizo dos hijos y cuando tenía veinte años la abandono y la echó de la hacienda con los niños. La abandono por otra de quince años, el con los setenta cumplidos. La chica trabaja en esto por que el pasa poco para sus hijos y para ella nada, tiene diez hijos así, se los hizo a chicas entre quince y veinte años, a esa edad las abandono siempre por otras más jovenes. Supongo que en su país, en ciertas zonas, no tienen conciencia de que ese individuo no es más que un pederasta, muchos padres, quizás animados por sacar a sus hijas de la misería, consienten esos matrimonios, no lo se, tampoco pude profundizar mucho más.

Otra brasileña, la pobre creo que nació puta y tonta, está enmacarrada de un idiota hasta las cejas y va para mayor, permitió que le hiciesen hijos todos los hombres que pasaron por su vida para después ella misma pagarse el aborto, a veces de formas muy lejanas a la cirugía convencional, con veintinueve años no tiene útero ni oficio ni beneficio. Para ella no tiene importancia alguna follar con quién sea, le da igual con quién, da la sensación de que haciendolo ni siente placer ni sufre, algo así como quien caga, ella misma dice que follar es como cagar, pero cobrando, si le preguntas por que está con su novio/macarra su respuesta es que ese si que folla bien, supongo que de un modo u otro la satisface sexualmente.

Hay una colombiana que llora cada vez que está con un cliente, piensa en sus hijos y llora, lo disimula gimoteando exageradamente. No se que guerrilla mató a sus padres y a su marido, trabajaban en el campo unas fincas que hoy son de su propiedad, aparecieron muertos, el resto de la familia no quiso saber nada de ella ni de sus hijos. Cuando sus hijos comenzaron a llorar "de puritita hambre" se plantó en un club y dijo que quería trabajar allí, se fue enterando y aprendiendo y ahora es una de las que más trabajan y mejor se lo hace entre los clientes, algunos entran en el club y preguntan directamente por ella. Profesional a tope y muy cumplida con los hombres, pero eso si, llorando con cada uno de ellos. A las tardes permanece encerrada en su habitación menos los domingos que sale a pasear por el campo conmigo, estudia fotografía por correspondencia y lo cierto es que hace muy buenas fotos, su sueño es montar un estudio fotográfico en Medellín, su ciudad, no aspira a ser famosa con sus fotos ni nada de eso, solo quiere retratar niños, bebes a ser posible, cree que es la única epoca retratable del ser humano, después "no hay más que maldad, mija".

Una ecuatoriana comenzó puteando cuando era niña, sin saberlo, un tio suyo le daba golosinas por que le chupase la polla y para ella era como un juego hasta el día en que su padre los sorprendió y le descerrajó dos tiros con una escopeta a su tio, ese día se entero de que aquello de chupar una polla era muy malo, pecado y sabe dios que cosas más, tenía ocho años, un padre en la carcel, una madre que no podía más y ocho hermanos. En su pueblo. En una remota aldea de algún lugar de Ecuador quedó marcada para los restos, hasta los niños de su escuela la llamaban puta y para hacerla sufrir le ofrecian golosinas a cambio de favores sexuales, sus hermanos se referian a ella como "la puta de mi hermana" o "mi hermana, la puta", un buen día le robó un dinero a la familia y se fue a Quito a buscar trabajo. Harta de ser explotada por sueldos de miseria conoció a una señora que le ofreció trabajo como puta y lo aceptó, terminó en este puticlub con toda su belleza y demasiada rabia en el corazón, rabia que solo sale cuando bebe de más, menos mal que solo sale en forma de llanto. Llora como esos borrachos solitarios, con su cubata en la mano y en un oscuro rincón del club sentada, todas sabemos que está allí llorando y borracha y nadie se acerca, a veces, algún cliente despistado le va a decir algo, de allí va a quejarse al hortera del dueño: "oye, aquella chica me llamó maricón", el dueño se encoge de hombros "pasa de ella, estará con la regla, ya sabes" y le guiña un ojo, enseguida busca a alguna de nosotras con la mirada para que le saquemos las castañas del fuego, no falta quien le diga algo agradable a ese cliente y la disculpe, no por ayudar al dueño, supongo que las que conocemos la historia de esta chica lo hacemos más por ella.

Hay otra colombiana que llevaba una vida muy normal, con dos hijos y su marido, un buen día apareció un ejecutivo japones en su país y se enamoró de él, él "chino" como ella lo llama la llevó a Tokio y le puso un apartamento en una de las mejores zonas de la ciudad, para verlo era un problema y todo eran excusas con el japonés: "por aquí no vamos, no es buen sitio" "a tal restaurante no podemos ir, no dejan entrar a occidentales" excusas que con el tiempo fue comprobando que una tras otra eran mentira. Lo cierto era que el japo estaba casado y era un importante hombre de negocios en la ciudad, le montó un cristo de padre y señor mio, el japones mandó a unos gorilas que la pusieron de patitas en la calle en medio de Tokio y ella sin saber a donde ir ni hablar el idioma ni posibilidad de regresar a su pais terminó mendigando por la calle. Un buen día se encontro a una compatriota que trabajaba de puta en Japón y la ayudo, le explicó en que consistía ser puta y ella, ante la falta de recursos terminó ejerciendo y ganandose su dinero, hoy no lo cambia por otro trabajo, que además, como suele decir, ni sabe realizar ni tiene ganas de aprender. Trabaja bien de puta pero es un poco tonta, lo mismo que le ocurrió con el japonés le pasó no hace mucho con un portugués, solo que a este último lo descubrió más rapido y lo mandó al diablo. A veces le da por beber y no para de repetirse así misma que es puta, aunque no beba, si te encuentra por los pasillos del club o en cualquier lugar su saludo suele ser: "hola puta" o "buenos dias puta" y similares.

Hay dos africanas, una es muy simpatica, de Guinea Ecuatorial, me contó una historia muy rocambolesca que ni se si es cierta, parece ser que un presidente de su país, para borrar la herencia que allí habiamos dejado los españoles no se le ocurrió mejor idea que llenar el pais de colonias de chinos, en algunos discursos manifestaba que era mucho mejor hablar chino que español y cosas así. Con el tiempo parece ser y según ella, que alguna gente tenía mucho aprecio por los chinos dadas las virtudes que de ellos contaba el político, total, que su padre, muy patriota, la terminó casando con un chino. El chino al parecer no follaba, solo hacía algún tipo de arte marcial y se pasaba el día meditando y haciendo ejercicios "raros", tampoco trabajaba, vivía de lo que trabajaba la familia de ella, que además lo mantenian porque creian que el chino era un gran sabio, incluso que tenía poderes ocultos. Un buen día ella fue a la médico (de esas sin fronteras") y encontró revistas inglesas que le hablaban de otras formas de vida más normales, se enteró de que estar viviendo con un chino vago y medio majareta no era lo mejor del mundo así que a escondidas de toda su familia fue juntando algo de dinero y se plantó en España con una amiga. Ella creía que su amiga trabajaba en una gran fabrica pero se encontró con que era puta. Ante la perspectiva de que no había fabrica donde trabajar y que lo de puta, según su amiga, no parecía ser tan duro optó por esto último. Ahora no puede volver a su país por que su padre la mataría por deshonrarlo, tampoco se puede casar en España para arreglar papeles porque está casada con un chino que ni sabe donde está, así que consiguió que un cliente la tenga asegurada en su empresa pagando ella la seguridad social, con eso va tirando.

La otra africana es bruja, cobra por dos lados, de los clientes y de las chicas, además es muy practica y rara, menos la baraja te echa de todo, lee tu futuro en hierbas, bellotas, restos de comida, granos de trigo, piedras e incluso con un tenedor. La chica que quiere saber su futuro solo tiene que coger un tenedor por un lado, ella lo coge por otro y te suelta el futuro que te espera a cambio de veinte euros por adelantado. Un día dos brasileiras le dieron una paliza por que no había acertado que a una su novio la iba a robar dos mil euros que tenía en un sobre, la africana no paraba de gritar que le pegase a su novio y la brasileira robada replicaba que si ella la hubiese advertido habría guardado mejor el dinero, así no hubiese perdido dinero y novio a la vez. Creo que soy la única a la que no le leyo el futuro, un día me preguntó por qué no quería que me leyese el futuro, le dije que si me daba veinte euros le dejaba ver mi futuro, que era interesantisimo pero muy intimo, entendí que me enviaba a la mierda o algo por el estilo en su lengua, después me dijo la otra africana y una brasileira que me estaba haciendo vudú y que eso era malisimo para mi. De momento no me duele nada ni trabajo peor. Al parecer también hace eso, si alguna le paga le hace vudú a otras o hace que trabajes mejor. A algunas, sobre todo brasileiras, las amenaza con maleficios varios, lo gracioso es que la temen. Yo también la temo, creo que está como un cencerro y que cualquier día puede hacer alguna cosa mala, no por la brujería, simplemente mala, está ida de la cabeza y sabe Dios, a lo mejor le da por hacer un sacrifició de sangre o cualquier disparate similar, espero que en sus rituales haga falta la sangre de una virgen, al menos cerca no tendrá a ninguna.

Me quedo mirando para una brasileira de la que no se nada, parece muy suelta y trata de ser glamurosa, lleva un vestido chaqueta de esos de ejecutiva, una especie de traje de mil rayas, es elegante pero barato, de esos que nos venden en los puticlubs, sin camisa por supuesto la falda no es ni mini, solo es un cinturón ancho, en los pies unas sandalias de plataforma, me gusta su estilo en ese momento pero no se nada de ella, tampoco de otras muchas claro, no hablas ni intimas con todas, me la quedo mirando mientras ella habla con el camarero, tiene un culo bonito y parece divertirse con la conversación que tienen ¿cual será su pasado? todas en el club parece que lo pasamos bien y detrás de no pocas hay grandes dramas o fatalidades ¿qué habrá detrás de ella?, trato de intuirlo pero sus gestos, su risa, todo en ella me descoloca.

No hago mucho más caso, no entra un solo cliente al club, suena un Vallenato y yo pienso en que demonios estoy haciendo aquí, en medio de la reseca Castilla cuando podría estar divinamente tumbada en la playa de mi pueblo contemplando todas las casitas y edificios que cuelgan monte abajo hasta el puerto. Me acerco a una de las ventanas y aparto ligeramente la cortina, la luz hiere con fuerza mis ojos que tengo que cerrar un par de segundos, un coche está estacionando frente al club, no logro ver quien o como es el ocupante, solo que es uno solo. Un solo hombre para demasiadas chicas aburridas y todas deseando hacer su primer cliente.

1.10.2007

7.-El Sultán de Tucán.

Me despiertan los ruidos y voces de las compañeras circulando por los pasillos, supongo que ya es de día y tarde pero mi mente se niega a ordenar los movimientos precisos para que mi cuerpo se levante de la cama. Hasta le cuesta ordenar a los parpados que se abran, al brazo derecho que se alargue hasta la mesilla de noche y que coja el despertador para encender su debil luz y ver la hora: las tres y veinte de la tarde. Sigo en la cama con los ojos cerrados, las voces de las chicas, suaves pero audibles, por los pasillos no cesan, me imagino que la mayoría de ellas ya están levantadas, quizás ya comieron. Mi cabeza recuerda que Mami me dijo que daban comidas hasta las cuatro de la tarde. Giro mi cuerpo en la cama para recolocar mi posición y me doy cuenta de que tengo el pantalón del pijama bajado, enredado en los pies, supongo que hizo calor de noche y ni cuenta me di de que me lo bajaba, en el cuarto hace calor, un calor que voy percibiendo cada vez mejor, le doy la vuelta a la almohada, buscando la frescura del lado no utilizado, y eso que dejé la ventana abierta, con la persiana bajada de forma que el aire se filtrase por las rendijas y ahora se filtra la luz del sol que penetra dentro del cuarto en finas lineas de luz, como si un arma de precisión hubiese disparado contra la persiana haciendo los agujeros precisos, lineales. Me pongo boca arriba y me destapo del todo, me quito del todo la parte de abajo del pijama, no llevo braga, me desabrocho la parte de arriba y me quedo tendida con los brazos y piernas abiertas. Mis ojos se van acostumbrando a la penumbra, veo en una esquina de la habitación el aparato de aire acondicionado ¿funcionará?, ¡qué tonta! seguro que funciona y estoy pasando calor, tengo que preguntarle a la Mami si va el trasto ese aunque quizás haga ruido, parece viejo. Mi cuerpo va despertandose, poco a poco voy notando las sensaciones de volver a la vida tras el sueño reparador. No se por que recuerdo a un cliente joven con el que estuve anoche, era guapo, me folló de pie en el cuarto, pagó media hora y en diez o quince minutos ya estaba fuera. Algunos intentan excitarte con caricias, tratan de ser más o menos agradables en ese aspecto, este chico no es que fuese desagradableno llegaba a ese punto, tampoco anduvo con muchas florituras, cuando salí del baño desnuda el estaba de pie, solo con los vaqueros puestos, me abrazó por la cintura e intentó besarme la boca, la aparté ofreciendole mi cuello, sin casi darme cuenta me vi con las manos apoyadas en la pared y él por detrás intentando penetrarme. Le dije que sin condón no y me dejó ponerselo en silencio, sin pronunciar palabra volvió a colocarme en la misma posición, me penetró sin delicadeza ninguna, follandome con fuerza, en algunas embestidas me levantaba ligeramente del suelo. Escuché sus estertores de placer mientras sentía sus ultimas embestidas, más fuertes pero más desacompasadas que las precedentes. Me la sacó y se tumbó en la cama con el condón puesto, la polla erecta y los vaqueros en sus rodillas, no se por que me resultó agradable verlo así, me tumbé junto a él, más por ser agradable que otra cosa, le retiré el preservativo y le di unas caricias, él no hizo nada especial, se dejó hacer

-Estuvo bien, me gustó como me lo hiciste -le dije- ¿siempre eres tan fogoso o tenias muchas ganas?

Sonrio y se reincorporó, me quedé en la cama tumbada mientras el se vestia sin decir nada, supuse que no quería conversación así que empecé a vestirme yo también para volver abajo, sin casi darme cuenta él estaba vestido y saliendo por la puerta con un "hasta siempre, gracias", solo me dio tiempo a decirle un casi ritual "vuelve cuando quieras" le vi sonreir desde el marco y marcharse.

Hay tipos raros por el mundo, este será uno de ellos.

Me siento excitada y comienzo a acariciar mi coño que se pone humedo enseguida, abro más las piernas y meto mis dedos en el interior, dos dedos, hago que entren y salgan despacio durante un rato, después los sustituyo por los de la mano izquierda, con la derecha acaricio mi clitoris, me corro enseguida. A veces me pienso estas reacciones, me excité pensando en un tipo que simplemente me usó, no sintió absolutamente nada por mi ni yo por él, llegó, me compró como quién compra una vagina vibradora, me usó y me dejó casi tirada en el cuarto y resulta que me excito con ello. Me consuelo pensando que a lo mejor esa misma situación excita a otras chicas, que no es tan malo, solo que yo la vivo en la realidad y ellas no. A lo mejor resulta que soy verdaderamente una golfa, que disfruto trabajando de puta, pero no, no creo, si ese chico no hubiese pagado quizás ni me hubiese fijado en él. Pienso en si estuviese casada y mi marido me hiciese algo semejante, seguro que le tiraría algo a la cabeza a un cabrón así. Creo que nunca tuve una fantasía de ese estilo con anterioridad.

Me levanto y abro la persiana, la luz entra en el cuarto inundandolo todo, durante unos segundos tengo que cerrar los ojos, me molesta tantisima claridad. Giro sobre mis talones y me meto en el cuarto de baño, la luz artificial no es tan molesta. El agua de la ducha me limpia, no solo por fuera, parecerá una estupidez, pero también me lava por dentro. Casi siempre cuando me acuesto hay un poso de depresión en mi corazón, un mal sentimiento, algo que me dice que lo que hago no está bien, hace tiempo que lo achaco a la educación recibida: es malo follar, es malo el sexo, partiendo de esa base aún es mucho peor cobrar por ello. Soy puta, soy la perversión, soy el vicio, soy algo a combatir, soy un insulto para otras mujeres y hace un momento me acabo de correr recordando que un tipo me usó casi como le dio la gana, solo para correrse en mi y se fue casi sin despedirse. El agua va quitando esos sentimientos de mi interior. Cuando salgo de nuevo al cuarto la luz del sol ya no me molesta. Salgo al balcón con una toalla por todo vestido, me pongo a contemplar el paisaje de campos dorados y cielo limpio, los coches pasan veloces por la carretera. En la explanada hay un coche de la Guardia Civil, los guardias están a la sombra de un arbol charlando con un paisano, en un momento dado los tres me miran y yo vuelvo a meterme dentro.

Me pongo un vestido viejo con rayitas azules horizontales, está medio raido pero es fresquito y para bajar a comer sirve, cuando me estoy poniendo las chancletas Mami toca en mi puerta para advertirme que me puedo quedar sin comer

-Mami, mami, entra -le pido-

Cuando entra le pregunto como funciona el aire acondicionado

-no funciona -responde- de todos modos casi mejor, son viejos y hacen mucho ruido, el jefe va a cambiarlo e instalaros aparatos nuevos pero de momento no funciona

Vaya, que faena, habrá que aguantar como se pueda el calor castellano.

Al cruzar el local donde trabajamos por la noche hay un chico con una aspiradora limpiando, está absorto en su trabajo, cuando me ve hace un amago de saludo, parece pronunciar un buenas tardes pero con timidez, a lo mejor le da verguenza encontrarse de frente con una puta, yo lo saludo con soltura y sonriendo, el esboza una sonrisa y sigue a su faena.

En el comedor aún hay algunas chicas comiendo, otras están charlando y alguna que otra ve la televisión, alguna pregunta a que hora comienza no se que telenovela, le responden que a las cuatro. El cocinero me dice que me sirva de lo que hay, es un señor mayor, gordito con cara de simpatico.

-Si no te gusta y quieres otra cosa dimelo, veré lo que puedo hacer.

Hay filetes rebozados con patatas fritas, también hay ollas con arroz y feijoada, eso no suele faltar en los clubes, el arroz es para las brasileñas como el pan para nosotros, la feijoada no son otra cosa que alubias negras, se ve que no puede faltar en la mesa, se coma o no suele estar allí, en otra fuente hay merluza con una salsa verdosa, el cocinero ante mi cara de asquito explica lo que es tras presentarse y decirme que se llama Carlos:

-Merluza en salsa verde, está muy buena, la salsa se hace con verduras.

Con un trocito de pan pruebo la salsa, está buena y decido echarme un poco de arroz con un par de rodajas, me siento sola mirando las imagenes de la televisión, no está ninguna chica de las que más o menos conozco. Al terminar vuelvo a mi cuarto, cuando estoy subiendo baja Natalia, la brasileira con la que nos hicimos a los abueletes, me invita a acompañarla a la piscina, allí se está fresquita a la sombra y puedes darte un chapuzón. No lleva nada puesto, va completamente desnuda, solo unas chancletas y una toalla en la mano, le pregunto si baja así y se rie, me responde que no hay problema, muchas lo hacen, "isto é un clube privado" dice con sorna. Le digo que voy en un rato.

Me pongo un bikini, solo la parte de abajo, si se tercia ya me lo quitaré allí, debajo del vestido. Yo no soy la brasileira, no me apetece alegrarle la vista al chico que está limpiando abajo, al cocinero o a cualquiera con el que pueda cruzarme, cuando busco la toalla me doy cuenta de que no tengo bronceador, espero que alguna chica tenga y pueda dejarmelo, a lo mejor puedo comprarselo a Mami. Las mamis suelen tener en un cuarto una minitienda con productos de higiene, alguna ropa "de trabajo", cosas intimas, algún perfume, en fin, lo que más podemos necesitar y mejor pueden vender, con eso se sacan un sobre sueldo. No hace falta ni que le pregunte, cuando salgo está colocando algo en un mueble y ya lo dice ella

-¿tienes bronceador cariño? mira que si te quemas después te va a doler trabajando
-vendemelo, voy por dinero
-ya me pagarás luego, no te preocupes

Me da un frasco de bronceador, no hay más marcas ni grados de protección: Loreal, factor 12. Tampoco me va mal, supongo que me costará un poco más de lo habitual. Una vez un militar me contó que ellos, hace años, tenian economato en los cuarteles, un economato era un lugar donde los productos se vendian a mejor precio que fuera. La tienda de cualquier mami en un club más que un economato sería un "gastamás" un "tecobromás" o algo así, pero bueno, te hace el servicio, a veces los clubes están lejos de ciudades o lugares donde puedes adquirir algunas cosas, ellas se molestan en traertelas así que justo es que ganen algo.

La piscina resulta totalmente anacrónica en el lugar, desde fuera, desde la explanada trasera del club se observa al fondo y en una esquina, es un rectangulo más o menos grande rodeado de cipreses que sobresalen por el interior y por encima de una vaya metalica llena de hiedra, el resto de la explanada, muy grande, es similar al desierto del Teneré, un pedregal con gravilla. Según voy caminando hacia la piscina me viene a la cabeza la pinta del dueño del club y pienso que fue capaz de hacer un agujero en el suelo, echarle cemento, llenarlo de agua y decir que tiene una piscina cuando no sería más que una charca. ¡Sorpresa! cuando abro la cancela que da paso al interior el mundo se transforma, dentro de la piscina hay varios arbolitos que dan sombras agradables, además de la que dan los altos cipreses según la orientación del sol, en otra parte no hay ninguno, solo algunas chicas en unas tumbonas aparentemente muy comodas que toman el sol, algunas de ellas lo hacen directamente sobre la grama. La piscina parece un microcosmos de verdor en medio del desierto. El tipo tuvo el detalle hasta de hacerle forma de playa, con su arena y todo, solo le faltan las olitas y que el agua fuese salada. Un pequeño paraiso encerrado entre cuatro paredes de cipreses.

Natalia me hace señas, está debajo de un arbolito en una tumbona, hay otra a su lado, cuando llego a su altura me la señala con languidez

-Tumbese ahí, aquí se fica uma na gloria

Le doy las gracias por reservarme la tumbona, me quito el vestido y me echo bronceador, ella me pide que me acerque para echarme crema en la espalda. Me tumbo y contemplo el ambiente de la piscina. Una imagen me sorprende, no me había fijado, había visto el sillón flotador, pero ni me había dado cuenta de que alguien estaba sobre él, ahora lo tengo de frente. En la piscina hay tres chicas bañandose, hablan entre ellas en el agua formando un corro, en frente de mi está el enorme flotador-sofá de color naranja chillón y sobre él, el jefe del club con las gafas de sol más horribles que se puedan imaginar, grandes, enormes, de espejo, sus cordones de oro al cuello y leyendo una revista. Dos chicas, bromeando, mueven lentamente el sillón por el agua, como si fuesen motores humanos, van agarradas al sillón por detrás y chapotean con los pies. Yo miro a Natalia, supongo que mi cara refleja la pregunta, ella me contesta:

-Es así siempre, ahí lo tienes, como un sultán en su harem, lo encontrarás aquí todas las tardes
-vaya, que mal rollo
-ni caso, no se mete con nadie ni en nada, solo está ahí, supongo que es feliz así

Y lo cierto es que no hace nada, no se mete con ninguna, no se le ve que esté de mirón, nada, solo está ahí en el enorme sillón flotante dejandose pasear ora por un par de chicas, ora por el aire o por el mero movimiento del agua, a veces algunas chicas bromean con él y responde cualquier tontería.

Me fijo que en el regazo tiene una vara, le pregunto a Natalia para que es

-Algunas chicas le vuelcan el sillón y lo tiran al agua, si se acercan se protege amenazandolas con el palo
-no se enfada si se lo hacen
-prueba a ver -me dice Natalia riendo-

Durante un rato estoy tumbada a la sombra pensando en hacer la gracia del día, meterme en el agua como si tal cosa, como quien se va a bañar, acercarme para saludarlo y volcarlo.

Corro un poco la tumbona, para ponerla al sol, me apetece ponerme boca abajo, ponerme morena y no pensar en ninguna maldad, quizás el día antes de irme le vuelque el sillón ese tan escandaloso, con él encima, depende como se porte conmigo.

En una esquina del recinto hay una especie de chiringuito playero sin nadie que lo atienda, unas chicas toman refrescos en una mesa que hay allí

-Si quieres tomar algo vas allí y lo coges -me dice Natalia-
-¿a quién se le paga?
-es gratis, detalle del sultán de Tucán -replica riendo a carcajadas-

Yo rio también, el animalito parece que es un tanto zafio y bastante hortera pero sabe tener detalles con el personal.

12.01.2006

6.- Hora de cierre.

A las cuatro en punto de la mañana se encendieron todas las luces del club mientras sonaba el Arco Iris de Toquinho. Las chicas salen disparadas a la parte de las cocinas y comedor del Tucán. Yo me despido de un cliente con el que estoy charlando, le digo que si quiere subir conmigo mañana será otro día, que vuelva, le compensaré su deseo. Supongo que él comprende que cerramos, quizás hasta comprenda que estoy muerta de cansancio, parece buena persona. Las luces fluorescentes, blancas, encendidas ejercen un rapido efecto sobre los clientes, es como si se diesen cuenta que son visibles y que el lugar donde se encuentran no es el más recomendable del mundo, algunos no terminan ni las copas y se van. Sigo al resto de las chicas a la parte de atrás.

Fran, el camarero, trae la caja con el dinero y un montón de papelitos donde están anotadas las consumiciones que conseguimos cada una, la mami baja con otro montón de anotaciones, me fijo en la cara del resto de compañeras y en todas es visible la huella del cansancio. Dos colombianas parecen muy animadas, yo diría que animadisimas, hablan de que se irán a no se que discoteca, las dos brasileñas que están a mi lado comentan por lo bajini: "demasiada cocaina".

El dueño del Tucán está sentado en una mesa medio desvencijada con un horroroso mantel de hule, delante de si tiene un montón de papelitos que han estado recolocando y un montón indecente de dinero, para hacerlo más indecente, de una bolsa de papel de esas que dan las tiendas de moda cuando compras algo, saca dos fajos más de billetes y podemos ir pasando a cobrar. En los clubes de alterne normalmente se cobra al terminar la faena, no es cosa de dejarlo para más tarde, ni para fin de mes, a veces en una sola noche, y más haciendo una plaza como esta, alguna de nosotras puede levantar el sueldo de cualquier trabajador, no es recomendable dejarlo para luego, la vida es efímera, te puedes morir en menos que canta un gallo y ese dinero no lo tendrás ni tu ni los tuyos, los dueños de los clubes no suelen ser unos santos ni llevar una buena vida, puede pasarles cualquier cosa y no haberte pagado, desde ser detenidos por la policia hasta que los mueran en un ajuste de cuentas, pasando por su fallecimiento por causas de salud, con lo cual perderías un dinero importante.

Las chicas comenzamos a pasar para cobrar, las cuentas son veloces, hasta la fecha no encontré un dueño de un club que no sepa sumar, restar, multiplicar y dividir casi más rapido que una calculadora, a lo mejor no sabe ni para donde está el norte pero de cuentas saben un rato, creo que ni calculan, es simple experiencia, se encontraron ya con todas las cifras del mundo y conocen de memoria los resultados de una operación determinada, alguna vez los he visto equivocarse, pero jamás a favor de una chica, siempre en contra. A veces me dio pena ver como delante de mis narices estafaban a alguna compañera semianalfabeta o analfabeta perdida, no hice nada, es cierto, soy una cobarde de mierda, pero este no es un mundo de ideales ni conviene ir de salvadora de nada, ir en ese plán es como ir comprando billetes para una rifa de hostias o para que en un montón de lugares no te quieran ver ni en pintura. Lo más que hice, y se que no sirve en mi descargo, fue advertir a la chica al día siguiente pidiendole discrección: "ten cuidado, controla que te están timando..." o algo similar, y eso si vi que la chica era discreta. Tampoco es normal que el dueño estafe con frecuencia, algunas compañeras pueden ser analfabetas, no saber hacer una suma de dos más dos, pero no suelen estar solas y mucho menos llegar solas a un club, casi siempre las mete una amiga que ya está bien avezada en el asunto y de estas, las he visto que no saben hacer la O con un canuto, pero si saben sacar cuentas, aunque sea por el sistema "de la vieja".

El dueño nos va presentando las cuentas rapido, muy rapido, algunas chicas piden alguna aclaración o reclaman, voceando, alguna cosa, generalmente sobre "multas" por pasar más tiempo en la habitación del debido o por llegar tarde a trabajar. Salvo casos muy llamativos el jefe, creo que más por no discutir que por otra cosa, suele darle la razón y su parte a la chica.

Los jefes raramente discuten con nosotras, cuando entre nosotras montamos la trifulca padre, a lo mejor, he visto a alguno hacerlo, sueltan unas cuantas bofetadas para poner orden, casi podría decirse que en plan padre, cuando esto ocurre casi siempre hay alguna chica, que tiene hartas a todas las demás que es despedida con cajas destempladas. Somos para ellos un bien preciado, no abundamos y es dificil conseguir putas, no es cosa de tener un cabreo con una y que se vaya por cinco o seis euros, para colmo, según quien sea, puede llevarse a otras con ella, dará más de ganar si se queda. Claro que por otro lado hay que mantener la disciplina en unos minimos así que hay cosas que no las pasan. Este tira y afloja requiere cierta dosis de politica por parte del propietario y saber con quién juega a la baraja, no todas las chicas somos iguales, algunas son lideres natas y tienen su grupo de acólitas, otras dan pena y empujan a las demás a la solidaridad, así que según a quién le hagan la faena y dependiendo de la frecuencia con la que hace las faenas a lo mejor se encuentra con treinta chicas partiendole la cara y eso no suele resultarles agradable a los "cafetones"**. Si eres puta, quieras que no, poco a poco vas acumulando tensiones, pequeñas faenas desagradables que te hacen unos y otros se van guardando ahí, en un almacen que tienes en alguna parte de tu mente y que no abres con frecuencia, lo mantienes bajo control, hasta que un día se abre esa puerta y todo eso sale en forma de rabia descontrolada y a lo mejor paga el pato el que menos daño te hizo, pero es así, no decides en que momento vas a tener esa explosión de furia. Unas chicas la controlamos más, otras menos, pero un dueño de club con experiencia sabe de sobra que está ahí y que no es recomendable abrir la puerta del infierno, todo se lleva mejor dando un poquito el brazo a torcer, no se pierde gran cosa y se gana mucho.

Continua el reparto de dinero, los fajos de billetes y montones de monedas que hay sobre la mesa van mermando, los recibos de las visas ya están a buen recaudo. A Fran y a la Mami, que están a su lado se les nota la envidia en la cara, algunas chicas estan llevandose en una sola noche el sueldo que ellos cobran por todo un mes de trabajo. La Mami, hipocrita, amonesta a alguna que ganó poco: "¿estabas vaga hoy eh?, suerte tienes que Toño es buena persona, en mis tiempos te hubiesen echado del club", alguna chica contesta de mala manera a las reprobaciones de la Mami con un "que te jodan Mami ¿vale?", ella hace su mohin de disgusto pero aguanta el tipo, sabe que ha tocado la fibra sensible, esa pequeña amonestación llega para que al día siguiente esa chica espabile, está en una plaza y Toño, el dueño, quiere que mueva el culo, para trabajar como en un club normal no la necesitan allí, hay otras chicas a la cola esperando a que las llamen para presentarse inmediatamente, la chica amonestada sabe que hay alguien que le recordará al dueño quien trabaja y quien no, Toño deja hacer a la Mami, solo sonrie mientras fuma y mira el dinero que hay sobre la mesa. No conviene contrariar en demasia a la Mami, una palabra suya suele ser suficiente para que no vuelvas a trabajar a esa plaza en la vida. Fran bromea sobre que se va a tener que meter a puto para dejar de ser pobre, algunas entre risas lo animamos. El jefe sigue repartiendo dinero. El dinero en las manos de un jefe de club de alterne experto es como las barajas en las manos de los magos, un banquero contandolo, el más curtido de los banqueros, sería demasiado torpe al lado de un tipo de estos, cuando llega mi turno coge los papelitos con mis anotaciones y me los da, cada papelito lleva la firma o bien del camarero o bien de la Mami "si hay algún error me lo reclamas mañana, te doy seiscientos dos euros", coge un buen fajo de billetes de veinte, los hace correr entre sus dedos a una velocidad de vertigo, de pronto para y me los alarga, me señala con la vista el montoncito de monedas para que coja mis dos euros, le pido que si puede me de billetes grandes, el me pregunta si de cincuenta me valen, me conformo. Los jefes suelen querer los billetes grandes para ellos, el dinero de los clubes casi todo es negro y hay que guardarlo en casa para después invertirlo en lo que sea, blanquearlo, no es cosa de hacerlo en billetes pequeños. Le doy las gracias y dejo paso a otra. Me siento, como otras chicas, en una mesa aparte a contar mi dinero, trato de hacer memoria sobre todo lo que hice mientras compruebo los papelitos, está todo correcto.

Ya en mi habitación me pongo el pijama y salgo al balcón a respirar un poco de aire puro, no viene nada mal para descontaminar los pulmones del humo de mil cigarros. El aire está limpido y en el cielo se ven millones de estrellas, corre una suave y calida brisa de aire puro que trae un intenso olor a paja de todo el cereal sembrado alrededor del club, por la carretera, a lo lejos se ven las luces de un trailer acercandose, cuando está más proximo enciende la luz de la cabina, a la altura del Tucán hace sonar las potentes bocinas y le veo saludandome con la mano, le correspondo y le dedico una sonrisa, después me doy cuenta de que no puede verla al contraluz de mi ventana, espero que la imagine, alguien que se toma la molestia de que yo vea su saludo, al menos merece una sonrisa por mi parte ¿saludará a todas las chicas que se encuentre por ahí aunque no sean putas?, quizás no, pero bueno, al menos es agradable saber que alguien tiene por ti un detalle agradable.

Estoy destrozada y mañana es otro día, si todos son así creo que va a ser dura esta plaza. Me meto en la cama con la puerta del balcón abierta para que entre un poco el aire fresco, me quedo dormida arrullada por el canto de las cigarras que están en los platanos bajo el balcón.

**Cafeton: las brasileñas designan así al dueño de un puticlub (también usan "amo" o "o dono"), la palabra exacta creo que seria y se escribiría "Cafetão". Algunas que no somos brasileñas, medio en broma a veces usamos el termino "cafetón" para designarlo, no todas ni mucho menos, a mi particularmente me resulta simpatica esa palabrita.

11.06.2006

5.- Rota

Los abuelos son simpaticos, parecen surgidos de alguna antigua película de corte erótico, por su forma de vestir y de comportarse me recuerdan un poco a esas imagenes eróticas de principios de siglo pasado, solo les falta llevar un sombrerito de esos que llamaban "panamá" fabricados en paja y con una cintita bordeando su contorno a modo de banderita, esos que utilizan los militantes yankis en periodos electorales. Se pasan el rato haciendonos beber Moet, ellos apenas beben, solo quieren que bebamos nosotras, creo que el gran macetero que hay en el reservado con una planta artificial no tiene el tipico orificio inferior para el drenaje del agua, entre Natalia y yo llevamos ya dos botellas de Moet, ellos no creo que bebiesen más de dos copas cada uno y piden otra. Le hablo a Natalia al oido, será mejor que busque a otras dos amigas, no colará que bebamos tanto y no estemos borrachas, Natalia me dice al oido que no hay problema, solo tenemos que hacer que estamos borrachas, el problema es que no tengo mucha experiencia en hacer tal cosa yo no bebo, solo me emborraché una vez, una borrachera de esas tontas de instituto en una fiesta de cumpleaños, trato de hacer que estoy con el puntillo y los abuelos aprovechan para tocar más carne, para meterme mano más descaradamente, estoy sentada en las piernas del que parece más mayor, mete su mano entre ellas y me babea todo el cuello, con su dedo acaricia mi entrepierna, lo hace con delicadeza pero siento algo de asco, me coge del cuello, casi la cabeza y trata de girarmela hacia él, quiere darme un beso en la boca, le doy un no rotundo, casi enfadada, supongo que me mandará a freir churros y pedirá que venga otra chica, pero no, bromean entre ellos sobre mi recato, yo me rio y abro las piernas para que toque más, Natalia acude en mi ayuda, me acaricia el muslo izquierdo y les cuenta algo sobre mi inocencia y lo delicioso que debe de ser pervertirme, ellos rien.

El local comienza a llenarse, mientras el abuelo me babea el cuello y me mete mano entre las piernas puedo observar la barra por una rendija que dejan las pesadas cortinas del reservado, está a rebosar de hombres, las chicas van y vienen entre los clientes, apenas se paran con ellos, de cuando en cuando veo que alguna chica pasa frente a esa rendija camino de las habitaciones. Los abuelos me tienen ya aburrida, espero que quieran hacer algo, no me imagino aquí toda la noche muerta de asco haciendo que bebo champán con un abuelo babeandome el cuello y tocandome el coño, ¡Qué demonio! ahora ya me babea las tetas, los dos abuelos se inventaron un juego: el que está con Natalia le bajó el top y le ofreció al amigo probar las tetas de ella y el que está conmigo hizo lo propio, así que durante un rato tuvimos a dos abuelos chupeteandonos los pezones. Ahora la sensación que tengo es una mezcla de asco y pena hacia ellos, si cierro los ojos para no verlos es peor, me imagino a un bebé lleno de arrugas que me soba y chupetea los pezones y de cuando en cuando, con los ojos inyectados en sangre, que percibo en la oscuridad, dice alguna frase amable, casi estoy sintiendo nauseas, no se si es el champán o por que me está magreando un abuelo, por curiosidad toco su entrepierna, su miembro está totalmente flacido, el lo toma como un cumplido y parece que reacciona, aprieta uno de mis pechos, casi me hace daño.

Me da que Natalia está tan aburrida como yo de su abuelete, quizás también asqueada, se levanta y se pone a bailar una especie de samba que está sonando en el local, los abuelos alaban su arte, de nuevo, quizás sin saberlo, Natalia me vuelve a echar una mano, me coge del brazo y me pide, casi ordena, que baile con ella, entre risas digo que no se, ella se hace cargo de la situación y finge que me enseña, yo hago lo que puedo. Hace tiempo que creo que las brasileñas nacen con algún defecto en la osamenta de la base de la columna vertebral, por eso son capaces de realizar esos movimientos con el culo, mil veces me han explicado como mover los pies para lograr eso, pero lo que yo hago, aunque pueda dar el pego, no se asemeja en nada al vertigo que logran algunas chicas de ese país, hago lo que puedo. Los abuelos confirman lo que yo se: ¡Que maravilla! ¡Como se mueven las brasileiras! Mi abuelo, cortés, me coge y me vuelve a llevar a su regazo, alega que no hay nada como "la carne del país", yo rio como si me encantase ser "carne del país". Natalia grita de pronto:

-Voçes não van a ir a o cuarto con nosoutras, que coisa vai a ser ista ¡ne!

Los abuelos comienzan a bromear que eso es muy caro y yo tercio que vale practiacamente menos que el Moet que estan tomando. Natalia me guiña un ojo. Los abuelos miran sus relojes y comienzan a decir que es hora de retirarse, que sus señoras los van a matar, comienzan a recomponer sus vestimentas ayudados por Natalia y por mi, si nos pusiesen unas batas blancas pareceriamos enfermeras en un geriatrico ayudandoles a vestirse, los acompañamos a la puerta mientras nos aseguramos que lo hayan pasado bien "¡de maravilla!" -dicen- se despiden con la promesa de volver.

Natalia me cuenta que casi nunca suben, siempre hacen la misma rutina, cree que sus pollas no se levantan y solo vienen de cuando en cuando a palpar carne joven.

La barra está llena de clientes de todo tipo, camioneros con el tipico chaleco acolchado azul y su camisa de cuadros, jovenes con el pelo cenicero y camisetas ceñidas, jovenes vestidos con trajes muy corrientes, señores con pinta de ganaderos o agricultores, uno saca un fajo de billetes atado con su correspondiente goma para pagar algo, hombres vestidos con trajes elegantes y caros, y en medio de todos ellos chicas, aparentemente calmadas, tranquilas, que van y vienen, están hablando con un posible cliente pero su mente está en el siguiente que está por allí solo, esperando que otras no nos adelantemos si falla el que están camelando.

Nadie nos trajo algo de picar como había dicho Giovana, le pregunto a Fran por qué no nos trajeron nada y me contesta todo tranquilo que aún podemos ir a cenar, le digo que es una putada ir ahora, el local está hasta los topes.

-Puedes cenar tranquila, va a estar así hasta casi la hora de cierre.

Nos vamos a cenar, el resto de las chicas ya cenaron. Creo que un club de alterne en el aspecto culinario es algo digno de ver, no se en otros colectivos donde el personal de una empresa coma en trabajo como se hace, pero me lo imagino: un menú con tres primeros platos y tres segundos de lo más normalito, casi platos combinados, algo comodo de hacer y que sea agradable y rapido de comer, no lo se con seguridad pero me lo imagino así.

En un club la cosa es muy distinta y el cocinero o cocinera suele ser un verdadero artista en cocina internacional: platanos fritos para venezolanas y colombianas, arroz en abundancia para toda sudamerica, a veces harina de mandioca, que según las brasileñas sabe riquisima y a mi no me sabe a nada, carnes casi crudas para las chicas de los paises del este, muchos huevos para las colombianas, las he visto comer algo que a mi me haría vomitar: un montón de arroz en el que abren varios huevos crudos, revuelven eso y se lo zampan tan tranquilas, las brasileñas se extrañan de algo muy basico para cualquier española: el pan, no comen pan, si lo comen es más por curiosidad que por otra cosa, ellas sustituyen el pan por el arroz. También se verá "caraotas" negras si la que las pide es una venezolana o colombiana, incluso alguna cubana que cae de cuando en cuando por estos lares o "feijon" (leer feixón) si quien habla es una brasileña. Hay comida normal y corriente, el tipico filete con patatas, una sopa castellana, un caldo, cierto que si, pero a la vez te encuentras esas otras cosas en una especie de self service en la mayoría de los casos que según llegas te sirves lo que deseas. Le pregunto a la cocinera si no hay ensalada y se ofrece a hacerme una, como también un filete de ternera, soy de poco comer, no por tendencia a engordar ni nada por el estilo, solo soy así.

Natalia después de comer se fuma un cigarro, yo tomo un café mientras hablamos de los clientes que había en el local y las posibilidades de cada uno, me explica que en el Tucán todo va muy rapido, cuando terminemos de comer posiblemente ya se hayan ido más de la mitad de ellos y entrado otros tantos nuevos. En el Tucán como en casi todas las plazas es absurdo fijarse en un cliente u otro para tratar de vislumbrar a cual se le puede sacar más, a una plaza casi el noventa por ciento vienen a follar, piden algo, llega la chica, si les gusta van con ella a la habitación y asunto arreglado, si un chico rechazó a tres chicas casi nunca se acercará otra, es un tarado que solo viene a recrearse la vista, si esperase por alguna se lo diría a la primera o segunda que se le acerca y se la llamariamos, si no dice nada pues que siga ahí, alegrandose las retinas.

Del comedor se sale por el mismo local donde están los clientes, a la derecha y al fondo según se entra a éste hay unas grandes cortinas, detrás de ellas hay un escenario con su barra para streeptease, generalmente las cortinas están cerradas, según me cuenta Natalia, a eso de las una de la madrugada el jefe o algún camarero las abre y las chicas podemos hacer un streep, el jefe te paga sesenta euros por hacerlo, lo hacen muchos clubes y no está mal, en un momento dado puedes no tener ningún cliente a la vista y te ganas sesenta euros, vamos, como si tuvieses un cliente pero sin tener que follar, aunque casi no se que es peor, si follar con uno o que te follen con la vista cincuenta, además, me lo dice Natalia como si fuese algo insolito cuando es lo más normal del mundo "voçe pode traer um disco coa música que goste", supongo que es el primer lugar de España en el que está que pasa esto, no lo se. Las puertas del comedor-cocina están tras esas corti
nas también, ocultas tras un biombo con flores de plastico. Cuando aparecemos en el local justo damos a una esquina de la barra y ahí, justo ahí, comienzan los hombres, hay dos solos, de mediana edad y aspecto agradable, bromean entre ellos algo sobre que detrás de la cortina aparecen chicas o que detrás de la cortina hay una reserva de chicas, no me entero muy bien, aprovechamos para quedarnos a su lado y camelarlos.

A los dos minutos estamos subiendo Natalia y yo al piso superior a darle a la jodienda, rapido que hay más, con el primero aprovecho para lavarme los dientes.

La noche se convierte en el más duro sube y baja, ningún cliente pide nada especial, solo subir y follar, así hasta las cuatro de la mañana, subo, me desnudo dejandome las botas, muevo el culo, mi cliente se corre y ya comienzo a vestirme para bajar:

-venga cari, que se pasa la media hora y me multan
-joder, tia, tranquila, que solo llevamos un cuarto

Yo voy a peinarme y retocarme el maquillaje, en una plaza no tienes que tener mucho miramiento con los clientes, en otro local me enrollaría mejor, me quedaría tumbada junto a ellos mientras fumas un pitillito pero aquí no, al fin y al cabo posiblemente no vuelva a ver en mi vida a ninguno de ellos y hay al menos medio centenar de hombres abajo esperando a una chica para subir, así que no me sirve de gran cosa ser enrollada con ellos.

Siempre me pregunté que pasa por la mente de los chicos cuando vuelves con ellos al local, algunos te invitan a una copa, otros simplemente se van o toman una copa solos mientras tu vas hacia otro hombre, a tu eterna labor de cameladora, algunos que acaban de subir contigo y están allí consumiendo algo te miran, supongo que están confirmando para si que hicieron una buena elección, pero siempre me pregunto que pasa por sus cabezas cuando se dan cuenta de que, en lugares como el Tucán, pasas de ellos olimpicamente, como mucho un par de palabras corteses y un par de besos en la mejilla para despedirlos. Creo que si fuese chico me sentiría triste al llegar a ese punto, yo creo que soy minimamente cortés, pero en otras chicas me he fijado y practicamente resultaría un desprecio lo que hacen, si yo fuese chico, claro.

Como no soy chico y soy puta bastante tengo con lo mio, que no es poco, algunos no es que te desprecien cuando te vas de su lado, comienzan ya a despreciarte cuando te acercas a ellos, no con sus palabras, es más con la intencionalidad de éstas, o directamente haciendote saber lo bajo que has caido, lo abajo que estás en la escala social. A veces los hay hasta moralistas, tipo sacerdote que trata de salvarte, de redimirte y que para ello no duda en insultarte. Una vez uno me pegó, me dio una bofetada que me tiró al suelo, mi delito había sido muy simple, con el tiempo y por conveniencia logré disimular el acento de la región de donde soy, así que si me preguntan al respecto suelo decir que de Palencia, pues apareció un palentino que no soportaba la idea de que una paisana fuese puta y me atizó una bofetada que me hizo temblar todos los huesos de la cara, acabó mal, las putas somos como somos, con nuestros defectos y virtudes, pero en eso creo que somos solidarias, se le echaron todas encima y detrás los camareros, más a poner orden que a otra cosa, el palentino acabo como un Ecce Homo. Menos mal que me dio con la mano abierta y no me dejó marcas, me dolió la cabeza durante dos dias, lo que más me jodió y a la vez más risa nos dio a posteriori es que yo no soy palentina.

A las dos de la mañana me duele casi todo, sobre todo de la cintura para abajo de tanto mover la cadera, el pecho también de tanto como me lo sobaron. Dos chicas colombianas deben de pensar que es la primera plaza que hago y se burlan de mis andares, de paso preguntan con cierta sorna si me voy a hacer todos los clientes yo sola, están sentadas descansando en unos taburetes y opto por hacer lo mismo

-Ahora cuando os levanteis para haceros a alguno me reiré yo de vuestra forma de caminar.

Comentamos lo matadoras que son las plazas, sobre todo el primer día, Un hombre que está apoyado en la barra en plan Humprey Bogart me hace un gesto con el dedo para que me acerque, no pregunta ni cuanto ni como, cuando le comienzo a explicar me dice que ya lo sabe y para arriba que nos vamos. Estoy deseando que den las cuatro, solo quiero una cama, pero sin ningún hombre en ella. Llevaba seis meses sin hacer una plaza, estoy cansada, rota, creo que en algún momento me romperé por la mitad. No debí de empezar a trabajar hoy.

10.21.2006

4.- El primer pase

Fran no para de hacerme señas con la mirada hacia el más alto de los tres clientes con los que está Giovana mientras ella rie sus gracias, coge al más alto y a su compañero de la derecha por sus cuellos y se dan los tipicos besos en las mejillas, con suavidad, casi evitando el beso de ellos. Hay que cuidar el maquillaje, que dure el maximo tiempo posible en perfecto estado. Se roza, descarada, contra el cliente de la derecha. A mi ni me mira y me da cosa meterme en su terreno, quizás esté esperando que algunas compatriotas suyas acudan a los clientes, a lo mejor le hace alguna seña a alguna. Fran mientras saca brillo a una botella no para de señalarme al más alto y yo espero que me lo señale Giovana que sigue con los dos abrazados, no se que le cuentan, supongo que algo aburrido o escuchado miles de veces, no para de sobar al que tiene a su derecha, suelta al más alto para desabrocharle al otro un botón de la camisa y acariciar el abundante vello de su pecho, ya me imagino lo que le está diciendo: "me encantan los hombres como tu, así, varoniles" el chico se sonroja. En un movimiento casi imperceptible Giovana me mira, son decimas de segundo, después mira al chico alto. Giovana no parece la persona más generosa del mundo, así que no creo que me esté dejando al mejor cliente para mi, pero también me lo señala Fran.

Dejo de mirar para los lados y de reojo la escena, fijo mi mirada en el chico alto que ahora mismo está hablando con su otro compañero, dispuesta a exhibir la mejor de mis sonrisas, me mira, sonrio y le guiño un ojo, aún no me acerco, Giovana vuelve a señalarmelo yo sigo mirando hacia él. Parece timido, mientras Giovana dedica sus atenciones al chico de pelo en pecho él no sabe a donde mirar, parece que tampoco tiene mucho que hablar con su compañero, doy unos pasos como quién no quiere la cosa, como quién estira las piernas y me coloco más cerca de él, mi movimiento llama su atención, me mira de nuevo, muevo mis labios mientras le sonrio, que los pueda leer claramente aunque yo no hable: G-U-A-P-O, el habla

-Guapa tu

Doy tres o cuatro pasos más y me pongo a su altura, lo cojo del hombro para que se incline y baje a la altura de mis labios, las botas tienen taconazos y plataforma y aún así no le llego a la oreja, sonriendo. Siempre hay que sonreir, aunque por dentro estés tragando bilis, no con una sonrisa que parezca excesiva ni forzada, basta con pensar cosas agradables, en alguien que te cae bien quizás. Cuando se coloca a mi altura le doy un beso en la mejilla, le susurro al oido que me gustan los chicos como él, altos, eso llena su ego, sabe que no hay muchos que superen el metro noventa y cinco que gasta él. Bromea con lo atrevida que soy, también le parezco simpatica, me presento y le pregunto por su nombre cuando me lo dice vuelve a darme dos besos, huele bien, supongo que a masaje de afeitar, me agradan los chicos que se arreglan para venir a junto de nosotras. Bromea conmigo, como me resulta guapo tendré que hacerselo gratis.

-yo gratis te hago de todo mi cielo, pero ¿a que tu me harias un buen regalito?

Va directo al grano y pregunta cuanto es el regalito. A mi no me gusta ser tan directa.

Hace un momento entraron dos clientes, hay dos rumanas al fondo que no hablan con nadie, ya fueron a junto de ellos, soltaron su descarado "¿qué? ¿tu follas?" los clientes se rieron y las dos se largaron con viento fresco, ahora con ellos hay dos brasileiras, con un poco más de paciencia seguro que les sacan algo.

Le pregunto si va a menudo por el Tucán, el me pregunta, casi afirma, si soy nueva, contesto lo obvio y hablamos sobre que ya se había fijado, no se hace mucho de rogar y me cuenta que tendrá un buen regalito para mi si subimos, pongo cara un poco de circunstancias y le pregunto si sabe los precios de "la casa". Es lo bueno de trabajar en un club, cobres lo que cobres los precios son "de la casa", eso te evita el que regateen. La mayoría de hombres creen que así es, y no hay tal, lo que ocurre es que aunque en la mayoría de clubes nos den libertad para ponernos precio solemos tener todas el mismo ¿para que ponerte más? se irian con otras y si te pones menos las otras a lo mejor te explican las leyes no escritas del sindicato de las putas.

Si está dispuesto a hacerme un "regalito" a lo mejor quiere regalar algo más y ahora aún no van a entrar muchos clientes, a lo mejor antes de la cena me hago un par de copas o una botella de champán. Pregunto, mimosa, abrazandolo por la cintura, rozando mi pecho contra el suyo, si va a tardar mucho en beber su copa.

-¿Tienes prisa para que te estrene o qué? -dice el bobo prepotente-
-no, solo que tengo sed y me preguntaba...
-Fran ponle una copa a Miriam -dice casi gritando-

La copa es de treinta euros, mitad y mitad entre la casa y yo. La copa no es copa, normalmente es una bebida que ya le has dicho de antemano a los camareros, te la sirven en un vaso corto y generalmente no tiene alcohol, no podriamos resistir medianamente serenas todas las copas a las que pueden llegar a invitarnos, en mi caso se trata de Nestea simulando un par de dedos de whisky. Hay clubes que tienen botellas trucadas para las chicas, meten en una de J&B, por ejemplo, Trinaranjus de manzana o cosas similares, otros como el Tucán ni se molestan en esa tontería, las sirven bajo el mostrador y nos la ponen en la barra, si un cliente se pone cabezón con que quiere ver lo que tomas (y lo que paga), pues no te queda otra, te bebes una copa de lo que más te apetezca pero normalmente no suele ocurrir, al cliente le da igual, generalmente paga por tu compañia y le importa un bledo lo que tu bebas. Ofrezco a mi cliente brindar por él, él brinda por mi , respondo que por los dos, después me mira y dice que no se cree que esté con una tia como yo, y encima "a estrenar", me hace gracia en un club escuchar frases de ese tipo, pero bueno, si es su gusto pensar así...

Giovana sube con su cliente, lo lleva de la mano hacia las escaleras de los cuartos, al mio le da por bailar agarrados, un horrible vallenato que alguna colombiana habrá puesto en la maquina de discos, simulo que me encanta y aprovecho para meter mi pierna entre las suyas y cogerle por las nalgas mientras lo miro, quiere besarme y rehuyo disimuladamente el beso, ofrezco el cuello, lo roza con sus labios. ¡Que raro!, al otro chico no se acercó ninguna, solo las rumanas vinieron aquí desde que subió Giovana, las despachó enseguida.

Mi cliente termina su copa y me pica: "¿quieres un regalito?", respondo afirmativamente, le digo que me tiene muy excitada, que me encanta como baila (no tiene ni idea, pero conviene alimentar su ego).

Normalmente a los clientes les informas de los precios de la casa, en éste caso parece que no hará falta, ya los conoce, es él quien me coge de la mano y tras un "vamos" sabe muy bien a donde dirigirse.

Al llegar arriba saluda a la Mami por su nombre y ella le corresponde de igual manera. Mami pelotea que da gusto mientras yo cojo mi neceser del casillero que está detrás de Mami.

-Hay que ver que buen gusto tienes, te enrollaste a la mejor y encima nueva, no te quejarás eh
-dirás que me enrolló ella a mi, menudo arte. Siempre que subo con alguna dices que es la mejor
-cariño... es que ya lo sabes, aquí tenemos lo mejor de lo mejor

Ya pagó y yo estoy detrás de él, lo cojo de la mano, tampoco es cosa de estar allí de parloteo con la Mami.

-Es una horita nena, haz que lo pase de maravilla
-si Mami, sabes que no hay fallo

Mami no tiene ni idea de como trabajo pero conviene que el cliente crea que estoy allí por que la casa confia en mi. Me gustan los clientes así, conocidos del personal, con ellos hay una garantía de que, haciendolo medianamente bien, no tendrás problemas, pueden querer cualquier cosa rara pero suelen ser de fiar. Este además es un buen cliente, una hora son cien euros, la casa se queda seis, para mi el resto.

Que encanto de cliente, no quiere nada especial, le pregunto que le gusta hacer y responde, lisa y llanamente: follar, y se rie, como si yo preguntase una tontería, hago como que me disculpo, bueno ya sabes, hay gente que tiene vicios raros...

-yo no, a mi me gusta follar normal, follar bien pero normal -dice sonriente mientras se desviste.

Me quito la ropa descarada, delante de él. Cuando me voy a sacar las botas me pide si me las puedo dejar puestas.

Pues que faena, ¡un polvo de una hora y el muy cabrito quiere tenerme con botas!. En los pases de media hora me encanta que me lo pidan, se gana tiempo a la hora de vestirse y volver a bajar, pero en una hora da tiempo a ponerse varias veces las botas. Disimulo y sonrio.

-Mmmmmmmmmm, me encanta hacerlo con las botas puestas -le digo sonriendo, con cara de vicio- ¿te gustaría que te lave yo?
-no te molestes, se hacerlo solo, además voy a darme una ducha ¿te quieres duchar conmigo?

¡La madre que lo parió! ¡ahora quiere joderme el pelo!, lo miro como riendome y a la vez poniendo un gesto de fastidio.

-cariño, me he gastado un dineral en la peluquería -le digo mostrandole un mechón de mi pelo-
-bueeeno -accede mientras camina desnudo hacia la ducha-

Me tumbo en la cama casi desnuda, solo con las botas, del neceser cojo un poco de KY y lo dejo en mis dedos de la mano derecha. Mientras escucho el agua pienso que no comencé mal en el Tucán, un buen cliente, agradable, quizás un poco prepotente para mi gusto pero educado, hasta podría resultar simpatico. Los clientes, me imagino, que en un club se comportan un poco como nosotras, es posible que finjan bastante, quizás quieran darse un aire que suponen nos resulta agradable, el agua de la ducha paro de correr. Abro mis piernas y comienzo a acariciarme, no por que quiera darme placer ni mucho menos, me unto el KY en mi sexo seco, meto los dedos indice y corazón un poco en su interior, los saco y froto a todo lo largo, sigo frotandome tratando de pensar en algo agradable, al momento sale del baño chorreando agua mientras se seca con la toalla

-estás caliente ¿eh?
-es culpa tuya

Se rie con suficiencia mientras termina de secarse, cuando acaba se tumba a mi lado, coge un cigarrillo de su cajetilla y lo enciende, yo me giro hacia él y comienzo a hacer mi trabajo mientras el fuma placidamente ajeno a todo.

-¿a que no besas en la boca?
-mmmmmmmmm, no me gusta mucho -lo digo casi como disculpandome-

El mueve los hombros mientras expele el humo del cigarrillo, como si no le importase gran cosa, pero estoy segura de que le importa, me subo encima de él y beso su cuello con besos suaves y prolongados, desde el centro del cuello hasta el lobulo de su oreja, entre mis piernas, en mis muslos siento la dureza de su polla. Me siento a horcajadas encima de él, mando mi mano hacia atrás y acaricio sus testiculos, cojo su polla dura.

-vaya, tenias ganas

El apaga el cigarro en el cenicero mirandolo de reojo, después se queda mirandome mientras yo lo masturbo despacito. Su cara es el vivo reflejo del deseo. De todo lo bueno y malo que puede tener ser puta esto es algo que me gusta, ver que un hombre te desea, depende del hombre, claro, algunos te da asco que te deseen pero que se le va a hacer, son gajes del oficio.

Me coge con sus manos por mi cintura y trata de alzarme, casi puede conmigo que soy muy poca cosa, quiere metermela ya

-tranquilo... -le susurro con suavidad-

Bajo mi cuerpo y le doy un ligero beso en sus labios, acerco mi mano al neceser y cojo un par de preservativos, lo miro mientras trato de que mi rostro también muestre deseo, me muerdo el labio inferior, dejo uno en la mesita y el otro lo mantengo en mi mano, recorro su cuerpo con mis labios, hacia su polla, le coloco el preservativo y se la chupo. El hombre que va de putas y no quiere algo especial espera al menos que hagas bien, muy bien, lo basico: chuparla y dejarte penetrar en dos o tres posturas, terminando casi siempre en un misionero o tu a cuatro patas y eso es lo que hacemos, solo que él es comodón y ni se menea ni da trazas de menearse mucho, cuando me canso de chuparsela me subo encima, me la meto y muevo mis caderas en circulos, cuando llego al centro me alzo un poco sacando su polla y me dejo caer de nuevo, cada vez más rapido, cada vez más rapido, más rapido y veo en su rostro que está a punto de correrse, finjo un orgasmo, le clavo ligeramente mis uñas en sus pectorales, se corre como un bendito, yo aguanto un poco mi fingimiento, cuando salió la ultima gota de leche de su polla me tiro encima de él, con mis labios en su oido.

-me has dejado baldada, que bruto, ya decía yo que me gustabas

El no dice nada, sigue moviendo sus caderas arriba y abajo mientras yo voy sintiendo como su polla se va ablandando, la saco antes de que se ablande de todo, saco el preservativo y lo miro, como deleitandome

-mmmmmmm cuanta leche
-te gusta
-mucho, me gusta tu leche -lo digo anundando el condón-

Ni me gusta ni me disgusta, me da igual su leche, lo que me importa es que el condón no esté roto o cualquier cosa similar, le hago un nudo y lo tiro a la papelera. Voy al baño con el neceser, abro un grifo, que crea que me estoy lavando, el agua corriendo me dan ganas de orinar mientras me retoco el maquillaje. La ducha es tentadora. En el neceser tengo un gorrito de plastico, quizás haya suerte y el cliente no se quiera duchar conmigo. Salgo de la ducha con el gorrito en la mano.

-mira lo que tengo
-¿qué es eso?
-un gorrito de ducha ¿quieres ducharte conmigo?
-uf, se está tan bien aquí...
-¿te importa si me ducho mientras descansas?
-no, no, duchate

No está mal, me saco un rato las botas y me doy una ducha. No se por qué una ducha tras estar con un cliente me hace sentir bien, casi como si no hubiese existido ese contacto sexual con pago de por medio, como si hiciese de este acto algo más limpio, como si lavase de mi piel los cien euros que acaban de pagar por acariciarla, por follarme sin amor.

Salgo sin las botas y... ¡mi cliente está vestido!

-cariño... ¿tan mal lo hice? ¿no quieres repetir?
-no, no te lo tomes a mal, lo has hecho de maravilla, puedes preguntarle a la señora que cobra, siempre lo hago así
-pero has pagado cien euros y me fastidia que te vayas así
-bueno, te dije que te daba un regalito

Me abrazo a él y finjo suplicarle que no se vaya, le digo que creo que no lo dejé satisfecho.

-¿es por que no beso en la boca?
-jajajaja, ninguna besais en la boca, eso no me importa en absoluto

Trato de llevarlo a la cama de nuevo pero mi mente, a su manera, reza para que se vaya, se sienta a mi lado, se tumba, le hago arrumacos, desabrocho su camisa, el me abraza, casi parecemos dos novios, ella con ganas y él sin ninguna. Mira la hora y se rie.

-¿por qué te ries?
-me has puesto burrito otra vez y solo queda un cuarto de hora

Compruebo su paquete y efectivamente, está duro de nuevo. le desabrocho el pantalón y cojo el condón que queda en la mesilla

-me gusta como follas -le digo-

Quiero que esté excitado, tiene que correrse en un cuarto de hora, si me paso de tiempo me cobrarán seis euros más, no es que importe gran cosa en este caso pero es mejor que no. A veces te ves en esa tesitura, es mejor perder los seis euros y que el cliente repita contigo a ganarlos y se de sobra que pocas chicas hacen ésto, la mayoría hace rato que lo hubiesen dejado irse.

Lo monto y lo follo con fuerza, apretando mi coño en su polla, me gira y me folla él.

-¡Si! ¡si! ¡si! ¡más por favor! ¡más!

Suplico, grito, cierro los ojos y muevo mis caderas con fuerza, se corre de nuevo, miro mi reloj con disimulo mientras miento "¿como sigo yo trabajando ahora? que polla tienes hijo, me matas", él sale de encima mio y se saca el condón, se lo cojo sonriendo y lo miro, lo miro a él con picardía y lo tiro a la papelera. Faltan cinco minutos.

-cariño, que me van a multar
-que cabrones -dice mientras se abrocha el pantalón- con lo bien que follas deberian de felicitarte

Hago un mohín de disgusto mientras me pongo las puñeteras botas. Rapido el vestido, ya lo colocaré bien abajo, en el baño, el asunto es salir puntual de la habitación, antes de que Mami de dos toques, si puede ser que no de ninguno. Cierro el neceser y aún Mami no dio ningún toque, puedo despedirme de mi cliente con cierta calma, él está en la puerta esperandome, hasta parece un caballero y todo.

-venga corre -bromea- que te invito a otra copa abajo, que te enrrollas de puta madre.
-vamos, vamos...

Cuando salimos ya venía la Mami a darme el toque, la miro sonriendo a modo de triunfo, ella disimula y sigue caminando, la escucho meterse en alguna habitación por detrás nuestra. Dejo el neceser y bajamos al bar.

-Me esperas en la barra, voy al baño un momento
-si claro

En el bar hay algunos clientes, todos están con chicas ¿y Giovana?, me imagino que habrá hecho otro pase, no creo que siga con el cliente con el que subió. El mio bromea con su amigo

-¿Tu no follas o qué, marica?

Su amigo hace un gesto de fastidio, pienso que lo pillaron de rondón, a él no le gusta ir de putas pero hoy tocó, o se juntó con éstos dos por alguna otra razón, le pido en plan cariñoso que no se meta con él, que otro día le apetecerá.

-Que va, no sube nunca, solo viene con nosotros y se aburre aquí diciendo que no a todas.
-no es eso -replica- no me gusta pagar

Se hacen bromas los dos mientras yo trasiego mi copa, el chico que subió conmigo me anima a que lo provoque, a que lo excite sexualmente, le cuenta lo bien que lo hago yo en la cama. No me gusta ese juego y le pido que lo deje, le doy una caricia a su amigo en la cara y lo miro comprensiva

-¿tienes novia?
-si, si tengo
-es normal que no quiera subir entonces -digo mirando a mi cliente, sonriendo-
-bah, yo también tengo novia
-si amor, pero tu eres un toro, necesitas más sexo

El amigo se rie y pregunta ¿un toro?, vuelve a reirse

-éste es un golfo, que va a ser un toro

Entran clientes nuevos por la puerta, terminé mi copa y observo que las chicas están todas entretenidas con otros, no hay chicas para los nuevos, son dos señores mayores.

Me despido, cortes, del par de dos que están discutiendo sobre las bondades de ser fiel, un par de besos a cada uno y un susurro en la oreja del que subió conmigo: "me lo he pasado de maravilla", me da las gracias y me dice que ni la mitad de bien que se lo pasó él, me voy sonriendo de su lado hacia los dos señores que hablan entre ellos en la mitad de la barra.

Me acerco discreta, casi como pidiendo permiso, cuando se perciben de mi presencia llaman al otro camarero del que aún no se el nombre

-jodeeeer... material nuevo.

Vaya, "material", algunos necesitaban unas clases de saber estar, no se me borra la sonrisa. El camarero le da la replica, no le queda otra, en este negocio todos sabemos que paño cortamos.

-y material de primera, caballeros

Y ya que soy material como material me comporto, sin sentimientos, fria, los abrazo a los dos

-¿Y cual de los dos caballeros va a invitar a ésta mujer objeto a una copa?
-una copa dice... pues anda que no es cara una copa
a ver si me van a salir cutres
-a una copa y a diez -dice el compinche mientras pone sus dedos en mi barbilla y la gira hacia el otro- ¿no vas a invitar a esta criatura a una copa?
El otro pone gesto de no tener muchas ganas
-¿que sueles beber?
-el material de primera calidad, como yo, suele tomar champán del caro

Silban los dos, el camarero me mira y afirma con la cabeza, no me equivoqué, dos abueletes dispuestos a gastarse la salud, miro rapido por el bar buscando a alguna chica que pueda apoyarme, están todas ocupadas.

-¿Alguien como tu no tiene amigas o quieres todo el champán para ti sola?

Miro al camarero, su gesto es claro "todas ocupadas", hasta las rumanas, supongo que habrán subido con algún cliente. Una brasileña que está tomando una copa con un cliente se separa de él y me mira, comprendo, no va a sacar más de él y vendrá para aquí, sonrio mirando hacia ella aprovechando una estupidez que dice alguno de los dos abuelos. No se ni el nombre de la brasileira para presentarla, la veo caminando como quién no quiere la cosa, ya se despidió del chico con el que estaba, Le digo a los abuelos que les voy a presentar a una amiga, que seguro que les gusta, uno me advierte: "tiene que ser tan guapa como tu, si no nada". ¡que te den! tu lo que quieres es carne joven, te follarias a una escoba con patas mientras tuviese veintitantos -pienso para mi- camino unos pasos y hablo con la brasi al oido

-creo que son buenos clientes
-son -afirma- eu conhezo eles
-ven conmigo entonces ¿como te llamas?
-Natalia

Nada más llegar Natalia ya se agarró a uno de ellos, es más alta que él y el pobre abuelo está bizqueando con la exhuberancia carioca que tiene delante del rostro. Tras las presentaciones pregunto:

-A que tan buen material merece una celebración adecuada
-Jose -me acabo de enterar del nombre del camarero más mayor- lleva champán a nuestro reservado, pero del bueno eh

Me da la risa tanta presuntuosidad "nuestro reservado", bueno, eso indica que son asiduos, deben de ser gente de mucho dinero, los trajes van de mil seiscientos euros para arriba. Lo del champán del bueno ya se sale. Normalmente en los clubes hay Codorniú y Freixenet, éste ultimo es el champán del bueno, supongo que como es dorado cobran más cara la botella.

¡oh sorpresa!, a pesar de la zafia apariencia del dueño el camarero trae Moet ¿ésto a como lo cobran? ¿que me llevo yo?, nadie me dijo nada.

-me disculpan un momentito por favor, vengo ahora...
-claro, claro hija, ¿como no te vamos a disculpar?, pero vuelve eh

Voy hacia el camarero y antes de llegar ya puedo casi leer sus labios, Natalia y yo repartiremos trescientos euros de cada botella, me lo confirma cuando llego a su altura

-¿no te lo habian dicho?
-no
-bueno, es normal, eso solo lo beben ellos dos, luego te cuento

Cuando vuelvo a junto de ellos veo que Giovana y su cliente acaban de bajar y van hacia la barra, ¡que perra!, subió con el otro por que sabía que pagaba más tiempo. No se de que me quejo, yo hubiese hecho lo mismo.

Me agarra del brazo, sin brusquedad

-Si esos dos quieren más chicas avisame, te vas a llevar una plata muy grande
-si claro, no te preocupes, te llamo
Me habla rapido y al oido
-tira todo el champán que puedas a la maceta que hay en el reservado, cuanto más tires más pedirán, hazte la borracha dentro de un buen rato, no creo que suban, a veces lo hacen pero no creo.
-gracias Giovana, si quieren más chicas te llamo
-voy a cenar rapido, le diré a Jose que os ponga algo de picar, al menos así tu y Natalia comereis algo.
-gracias

Y Giovana va con su cliente mientras a mi me salta el corazón dentro del pecho, menos mal que las plantas de las macetas de los clubes son artificiales, que si no iba a acabar mal la pobre.

Me siento al lado del abuelo que me dejó Natalia, pero el que está con ella aprovecha para catar carne

-que bien te quedan esas botas -dice mientras da unas palmaditas en mi muslo-

Yo me hago la estrecha y hago como que no quiero, ellos rien y bromean sobre que salí algo monja, me van a pervertir.