12.02.2007

9.-El Narcotraficante

Lo he visto por la calle, alguna vez tuve que ir al pueblo cercano a comprar algo y allí iba, con su mercedes 190 negro con un alerón y una pegatina horrible en sus partes laterales inferiores TURBO dice la pegatina. el pelo rizado, largo y cayendole en rizos por la nuca, bigotito y perilla ralas, alto y fuerte. Se bajó del coche para entrar a una tienda de electrodomesticos, vestía una chaqueta de ante marrón claro, vaqueros y botas vaqueras negras, de puntera, en las punteras unos añadidos plateados, pulsera de oro en la muñeca izquierda, reloj del mismo preciado metal en la muñeca derecha, varios cordones, también de oro al cuello. Se que se llama Nestor y parece salido del más cutre narcocorrido mexicano.

Acaba de entrar por la puerta, yo estoy sentada en la barra, aburrida, ya pasaron algunos clientes por el club y me hice un par de ellos, algunas chicas están en el comedor-cocina cenando, yo ya cené, no tenía mucha hambre y solo comí un par de sandwiches de jamón y queso. Me da asco el aspecto de Nestor pero quien sabe, puede ser un buen cliente, dinero al menos parece que tiene. Se acerca a mi, se pone justo a mi lado pero no dice nada. Lo miro desde el taburete, me devuelve la mirada y me saluda

-hola pequeña
-¿pequeña? -odio que me digan semejante parida- puedo ser muy grande... en la cama
-para la cama ya tengo quien me satisfaga

Es cierto, se que algunas chicas le pagan en carne ciertos favores, es conocido, solo hay que acercarse a su casa y sabes que por un polvo tendrás unos tiros de buena cocaina, el presume de que es fresquita, recién traída de las rías gallegas.

-puede, pero a lo mejor no son capaces de satisfacerte como yo
El va a lo suyo
-¿te va la coca?
-no, no meto nada -le digo mientras pongo cara de inocente- solo dejo que me metan carne de la buena

Soy soez con él, Nestor dista mucho de ser una persona elegante, aunque el crea lo contrario, posiblemente -pienso- prefiera a una chica "dura". Se ríe con ganas.

-no es malo meter coca, trabajas mejor
-no la necesito, trabajo de maravilla sin ella

En la esquina del fondo aparece el dueño del club, con la camisa que lleva, azul electrico con flores granates parece recién bajado de una nave extraterrestre, se engominó los cuatro pelos que le quedan y para colmo lleva unas rayban de sol con cristales marrones, lo saluda desde la distancia y Nestor pasa de mi para ir a junto de él, se meten para dentro de una puerta que hay al fondo de la barra. Antes el dueño vocea: ¡joder nenas, moveros un poco que os va a entrar el frio!. Este tío es gilipollas, no hay ni Dios en el club, solo Nestor y los camareros ¿para que querrá que nos movamos?, casi todas dirigimos la vista hacia él, casi todas preguntamos con la mirada: ¿para qué?. Se da cuenta de que hizo el bobo pero no da su brazo a torcer. El camarero está de pie en el centro de la barra, con un sacachapas golpea suavemente el metal de la nevera al ritmo de la música que suena, el dueño le grita: ¡y tu! ¡haz algo, cojones! limpia las botellas, el camarero con cara de hastío suelta el sacachapas, coge un trapo y comienza a limpiar botellas. Nestor y él se meten atrás. Supongo que tendrá que saldar cuentas, Nestor no trafica en el club de gratis.

Algunas chicas, además de traficar para otras, o para clientes, también consumen, alguna que otra buenas cantidades, una colombiana con las uñas postizas y superdecoradas tiene la uña de su meñique muy especial: de oro con grabados en forma de vegetación, supongo que eso, para ella, es el colmo de la elegancia, a algunos hombres les pone esta chica, supongo que la creen cruel y lo es, cuentan que anduvo enrolada con los "paras" en Colombia y mató gente, era una especie puta para ellos, pero si había que matar no se cortaba un pelo. Puede ser pero no lo creo, muchas chicas crean leyendas a su alrededor, simplemente con su silencio, no desmintiendo un rumor que alguien lanzó un buen día. Si se que es cruel porque subí con ella para hacernos un cliente, el cliente le pidió que le pisase la polla con la aguja de sus tacones, se lo pisó con ganas sobre un mueble mientras le llamaba cabrón, el cliente comenzó a sangrar como un cerdo, yo me asusté y ella ni se inmutó, tuvo que intervenir la mami y vendarle la polla, al parecer era un pequeño corte pero ahí sangra mucho, lo dijo la mami, el pobre cliente se fue lamentandose: "estoy casado, a ver que le cuento yo ahora a la parienta" la mami tras él poniendole la mano sobre el hombro y pensando a mil por hora una excusa para la mujer del pobre bobo, seguro que se la dio antes de llegar a las escaleras

-te pasaste -le dije a la colombiana-
-que se joda, por cabrón hijoeputa.

Lo dijo con una sonrisa de satisfacción, recreándose.

-Joder tía, parece que te gustó hacerle eso
-claro que me gustó, mi amor ¿quieres que te haga algo parecido a ti también?.

Me asustó, me callé la boca, terminé de arreglarme y salí del cuarto.

La colombiana asesina estaba cenando, cuando entra de nuevo al bar el camarero le dice algo y ella pasa al cuarto donde están Nestor y el jefe. Al rato tras la pertinente indicación del camarero entran a la oficina-trastero dos colombianas más, después una brasileira que se acuesta con el jefe.

Estoy camelandome a unos chicos que entraron, me pillé al más guapo, bueno, no se si por guapo, más por que traía las llaves del coche en la mano, el llavero consistía en una pequeña tira de cuero con la estrella de Mercedes en el extremo, supuse enseguida que es un niño de papá y que papá le dejó además del coche trescientos euros para que se corra una juerga. Sus dos amigos, casi seguro, van de remolque, invitados por el nene del Mercedes, no me equivoqué, sus amigos rechazan a las chicas que se les acercan, con buenas palabras pero las rechazan, el nene me tiene abrazada por la cintura y tengo una copa de treinta euros en mi mano. Mientras el nene me dice no se que cosas sobre mi copa sin alcohol y que a él no le gusta pagar por lo que no es y yo lo convenzo de que bebo lo que me gusta y que si no se lo cree puedo pedirme un cubata, pero claro "te costará más", además si me coloco... en la cama me pongo muy caliente, se lo digo guiñando un ojo, el nene no tarda en preguntarme que quiero beber, un Benjamín me parece excesivo, posiblemente no tenga dinero a espuertas, si puedo se lo sacaré todo pero con tiempo, le digo que me gusta el ron con ginger ale (lo probé un día de una compañera y no estaba mal, para alguien que no bebe es tragable). Mientras el nene indica al camarero mi nueva petición las tres chicas salen del trastero oficina con las narices bien polveaditas, la colombiana de la uña de oro se retoca algo en el sujetador que lleva bajo una blusa transparente, posiblemente haya guardado ahí, de momento, unas cuantas papelinas de buena perica. La miro disimuladamente mientras desaparece por la puerta que sube a nuestras habitaciones. Seguro que aparecerá minutos más tarde, la perica, debidamente cortada la dejará en su cuarto desde donde la irá suministrando poco a poco a algunos clientes y a algunas chicas necesitadas de cierto ánimo para trabajar. El jefe y el narco salen sonrientes unos minutos después, toman una copa mientras se ríen las gracias de forma un tanto exagerada. Antes de que el narco se vaya se estrechan la mano. El negocio debe de ir viento en popa. Cuando nuestro suministrador particular de ilusiones pasa a mi lado me sonríe, le devuelvo, educada, la sonrisa, se acerca a mi oreja y me susurra con suavidad, parece que quiere ser seductor y todo: "algún día te hará falta y tragarás", lo cojo por el cuello para que se acerque a mi, para que acerque su oído a mis labios, mientras le hablo se lo rozo con ellos, suavemente: "el día que trague tu me pagarás para que lo haga y... no lo olvidarás", nos separamos sonriendonos hipocritamente, el sabe que yo nunca compraré el material que vende, yo se que él nunca pagará para subir conmigo, tiene chicas de sobra, seguro que no es el único club de la zona al que suministra.

El nene que me estoy camelando se estaba haciendo el longui, como que la guerra no iba con él. Los clientes de un club suelen guardar ciertas distancias cuando se topan con según que gente, por un momento temo que perderé al nene, a casi nadie le gusta subir con una puta enmacarrada, sus cabezas empiezan a pensar en explotación, trata de blancas, cosas raras. Echo mis brazos a su cuello y lo noto frío, algo distante, pongo cara de mimosa y le pregunto que le ocurre, casi balbucea:

-¿es tu macarra?

Me río, desafiante, como diciendo "buena soy yo para eso, me como los tíos crudos", hago un gesto como quitando importancia mientras le respondo

-¡qué va! ¡por Dios! solo es un cliente que estaba esperando para subir conmigo, lo hace a veces, pero le dije que estaba contigo, que tendría que esperar más si quería disfrutar de este cuerpo.

Mientras digo las palabras "este cuerpo" me golpeo con la mano una nalga.

Que bobos son los hombres, solo eso bastó para que ante mis ojos se le hinchase el pecho y le volviese la sonrisa a la cara, solo le faltó darle un codazo a los colegas y decirles "veis, soy la hostia, me prefiere a mi que al tío duro ese"

Aprovecho para acercarle su copa, como mimándolo, cuidándolo, le digo al oído que el alcohol me pone muy caliente y si un hombre sabe como tratarme puede hacer de mi lo que quiera.

-¿cuanto me saldría subir contigo? -pregunta-
-Poco cariño -digo mientras me aprieto contra él y rozo mis labios en su cuello- sesenta euros media hora pero... quiero pasarlo bien
-media hora... es poco
-ciento veinte una hora

Preveo que me va a regatear y sigo diciendole

-no puede ser menos cariño, el jefe, ya sabes

Asiente con la cabeza, le dice algo a los colegas, me coge de la mano y me dice un escueto "vamos". Camino delante, moviendo el culo con parsimonia, excitándolo, se que llevo detrás de mi a un perro en celo, un perro faldero, un niñato del que haré lo que quiera en la cama y me apetece un orgasmo, posiblemente le permita comerme el coño si es generoso.

5.20.2007

8.-El primer cliente de la tarde.

Aún es por la tarde y el cielo castellano está azul, aún hace calor pero la temperatura comieza a ser un poco más agradable, es la hora en que la gente de los pueblos sale a dar una vuelta, a tomar algo, a pasear con los niños. Sería una buena hora para dar un paseo por algún camino entre los campos de cereal. A esa hora ideal, si eres puta, tienes que encerrarte en un lugar oscuro, con luces tenues que semeja la noche. La mayoría de puticlubes tienen ventanas con pesadas cortinas, a veces, cuando llevas un rato de trabajo apartas con la mano una de esas cortinas para ver el exterior, más por ver si llega algún coche al aparcamiento que por ver el paisaje y la luz hiere tus ojos. En los meses de invierno no te das cuenta de este detalle, no echas de menos darte un paseo a esa hora por las calles de algún lugar bonito, al fin y al cabo fuera, en invierno, suele hacer frio y dentro se está calentita. En verano la cosa cambia y te encantaría estar fuera, disfrutando, paseando, con tu novio tomando algo en una terraza, sin embargo el día, para una puta se convierte en ese momento en noche ¿cuanto hace que no disfruto de una puesta de sol?, ni lo se.

En estas fechas, a primera hora no suele haber clientes, están con la familia, con sus quehaceres, llegando a sus casas, tomando una ducha después de la jornada laboral, así que te aburres como una ostra en el club, algunas chicas hablan sentadas en los taburetes o en los sofás, otras toman alguna cosumición con alcohol, solemos tener derecho a dos o tres diarias, no son pocas las chicas que manifiestan no poder empezar a trabajar sin un par de copas, algunas además de eso se meten su correspondiente dosis de cocaina, otras un porro en el baño o en sus habitaciones antes de bajar a trabajar. Para trabajar en esto hace falta cuajo y cada una, cuando no lo tiene de natural, lo busca donde puede. Siempre hay una o dos chicas que comienzan la jornada dejandose un buen dinero en las maquinas tragaperras. Los dueños de los clubes saben de sobra que los clientes no van a un burdel a jugar a las tragaperras pero sacan un buen dinero y cambios de estas gracias a que en la casa siempre hay algunas chicas que están enganchadisimas a ellas.

Otras nos dedicamos a observar y a pensar desde algún rincón en la penumbra, observando vas calando a cada chica, con el tiempo incluso crees que puedes intuir cosas de sus pasados, del porque están en la putería, que va, la realidad a veces supera a la ficción cuando intimas un poco con ellas y te cuentan sus vidas.

Hay una brasileira que la casaron con 15 años con un terrateniente, el terrateniente tenía tantisima tierra que necesitaba una avioneta para desplazarse por ellas y observar su ganadería. Le hizo dos hijos y cuando tenía veinte años la abandono y la echó de la hacienda con los niños. La abandono por otra de quince años, el con los setenta cumplidos. La chica trabaja en esto por que el pasa poco para sus hijos y para ella nada, tiene diez hijos así, se los hizo a chicas entre quince y veinte años, a esa edad las abandono siempre por otras más jovenes. Supongo que en su país, en ciertas zonas, no tienen conciencia de que ese individuo no es más que un pederasta, muchos padres, quizás animados por sacar a sus hijas de la misería, consienten esos matrimonios, no lo se, tampoco pude profundizar mucho más.

Otra brasileña, la pobre creo que nació puta y tonta, está enmacarrada de un idiota hasta las cejas y va para mayor, permitió que le hiciesen hijos todos los hombres que pasaron por su vida para después ella misma pagarse el aborto, a veces de formas muy lejanas a la cirugía convencional, con veintinueve años no tiene útero ni oficio ni beneficio. Para ella no tiene importancia alguna follar con quién sea, le da igual con quién, da la sensación de que haciendolo ni siente placer ni sufre, algo así como quien caga, ella misma dice que follar es como cagar, pero cobrando, si le preguntas por que está con su novio/macarra su respuesta es que ese si que folla bien, supongo que de un modo u otro la satisface sexualmente.

Hay una colombiana que llora cada vez que está con un cliente, piensa en sus hijos y llora, lo disimula gimoteando exageradamente. No se que guerrilla mató a sus padres y a su marido, trabajaban en el campo unas fincas que hoy son de su propiedad, aparecieron muertos, el resto de la familia no quiso saber nada de ella ni de sus hijos. Cuando sus hijos comenzaron a llorar "de puritita hambre" se plantó en un club y dijo que quería trabajar allí, se fue enterando y aprendiendo y ahora es una de las que más trabajan y mejor se lo hace entre los clientes, algunos entran en el club y preguntan directamente por ella. Profesional a tope y muy cumplida con los hombres, pero eso si, llorando con cada uno de ellos. A las tardes permanece encerrada en su habitación menos los domingos que sale a pasear por el campo conmigo, estudia fotografía por correspondencia y lo cierto es que hace muy buenas fotos, su sueño es montar un estudio fotográfico en Medellín, su ciudad, no aspira a ser famosa con sus fotos ni nada de eso, solo quiere retratar niños, bebes a ser posible, cree que es la única epoca retratable del ser humano, después "no hay más que maldad, mija".

Una ecuatoriana comenzó puteando cuando era niña, sin saberlo, un tio suyo le daba golosinas por que le chupase la polla y para ella era como un juego hasta el día en que su padre los sorprendió y le descerrajó dos tiros con una escopeta a su tio, ese día se entero de que aquello de chupar una polla era muy malo, pecado y sabe dios que cosas más, tenía ocho años, un padre en la carcel, una madre que no podía más y ocho hermanos. En su pueblo. En una remota aldea de algún lugar de Ecuador quedó marcada para los restos, hasta los niños de su escuela la llamaban puta y para hacerla sufrir le ofrecian golosinas a cambio de favores sexuales, sus hermanos se referian a ella como "la puta de mi hermana" o "mi hermana, la puta", un buen día le robó un dinero a la familia y se fue a Quito a buscar trabajo. Harta de ser explotada por sueldos de miseria conoció a una señora que le ofreció trabajo como puta y lo aceptó, terminó en este puticlub con toda su belleza y demasiada rabia en el corazón, rabia que solo sale cuando bebe de más, menos mal que solo sale en forma de llanto. Llora como esos borrachos solitarios, con su cubata en la mano y en un oscuro rincón del club sentada, todas sabemos que está allí llorando y borracha y nadie se acerca, a veces, algún cliente despistado le va a decir algo, de allí va a quejarse al hortera del dueño: "oye, aquella chica me llamó maricón", el dueño se encoge de hombros "pasa de ella, estará con la regla, ya sabes" y le guiña un ojo, enseguida busca a alguna de nosotras con la mirada para que le saquemos las castañas del fuego, no falta quien le diga algo agradable a ese cliente y la disculpe, no por ayudar al dueño, supongo que las que conocemos la historia de esta chica lo hacemos más por ella.

Hay otra colombiana que llevaba una vida muy normal, con dos hijos y su marido, un buen día apareció un ejecutivo japones en su país y se enamoró de él, él "chino" como ella lo llama la llevó a Tokio y le puso un apartamento en una de las mejores zonas de la ciudad, para verlo era un problema y todo eran excusas con el japonés: "por aquí no vamos, no es buen sitio" "a tal restaurante no podemos ir, no dejan entrar a occidentales" excusas que con el tiempo fue comprobando que una tras otra eran mentira. Lo cierto era que el japo estaba casado y era un importante hombre de negocios en la ciudad, le montó un cristo de padre y señor mio, el japones mandó a unos gorilas que la pusieron de patitas en la calle en medio de Tokio y ella sin saber a donde ir ni hablar el idioma ni posibilidad de regresar a su pais terminó mendigando por la calle. Un buen día se encontro a una compatriota que trabajaba de puta en Japón y la ayudo, le explicó en que consistía ser puta y ella, ante la falta de recursos terminó ejerciendo y ganandose su dinero, hoy no lo cambia por otro trabajo, que además, como suele decir, ni sabe realizar ni tiene ganas de aprender. Trabaja bien de puta pero es un poco tonta, lo mismo que le ocurrió con el japonés le pasó no hace mucho con un portugués, solo que a este último lo descubrió más rapido y lo mandó al diablo. A veces le da por beber y no para de repetirse así misma que es puta, aunque no beba, si te encuentra por los pasillos del club o en cualquier lugar su saludo suele ser: "hola puta" o "buenos dias puta" y similares.

Hay dos africanas, una es muy simpatica, de Guinea Ecuatorial, me contó una historia muy rocambolesca que ni se si es cierta, parece ser que un presidente de su país, para borrar la herencia que allí habiamos dejado los españoles no se le ocurrió mejor idea que llenar el pais de colonias de chinos, en algunos discursos manifestaba que era mucho mejor hablar chino que español y cosas así. Con el tiempo parece ser y según ella, que alguna gente tenía mucho aprecio por los chinos dadas las virtudes que de ellos contaba el político, total, que su padre, muy patriota, la terminó casando con un chino. El chino al parecer no follaba, solo hacía algún tipo de arte marcial y se pasaba el día meditando y haciendo ejercicios "raros", tampoco trabajaba, vivía de lo que trabajaba la familia de ella, que además lo mantenian porque creian que el chino era un gran sabio, incluso que tenía poderes ocultos. Un buen día ella fue a la médico (de esas sin fronteras") y encontró revistas inglesas que le hablaban de otras formas de vida más normales, se enteró de que estar viviendo con un chino vago y medio majareta no era lo mejor del mundo así que a escondidas de toda su familia fue juntando algo de dinero y se plantó en España con una amiga. Ella creía que su amiga trabajaba en una gran fabrica pero se encontró con que era puta. Ante la perspectiva de que no había fabrica donde trabajar y que lo de puta, según su amiga, no parecía ser tan duro optó por esto último. Ahora no puede volver a su país por que su padre la mataría por deshonrarlo, tampoco se puede casar en España para arreglar papeles porque está casada con un chino que ni sabe donde está, así que consiguió que un cliente la tenga asegurada en su empresa pagando ella la seguridad social, con eso va tirando.

La otra africana es bruja, cobra por dos lados, de los clientes y de las chicas, además es muy practica y rara, menos la baraja te echa de todo, lee tu futuro en hierbas, bellotas, restos de comida, granos de trigo, piedras e incluso con un tenedor. La chica que quiere saber su futuro solo tiene que coger un tenedor por un lado, ella lo coge por otro y te suelta el futuro que te espera a cambio de veinte euros por adelantado. Un día dos brasileiras le dieron una paliza por que no había acertado que a una su novio la iba a robar dos mil euros que tenía en un sobre, la africana no paraba de gritar que le pegase a su novio y la brasileira robada replicaba que si ella la hubiese advertido habría guardado mejor el dinero, así no hubiese perdido dinero y novio a la vez. Creo que soy la única a la que no le leyo el futuro, un día me preguntó por qué no quería que me leyese el futuro, le dije que si me daba veinte euros le dejaba ver mi futuro, que era interesantisimo pero muy intimo, entendí que me enviaba a la mierda o algo por el estilo en su lengua, después me dijo la otra africana y una brasileira que me estaba haciendo vudú y que eso era malisimo para mi. De momento no me duele nada ni trabajo peor. Al parecer también hace eso, si alguna le paga le hace vudú a otras o hace que trabajes mejor. A algunas, sobre todo brasileiras, las amenaza con maleficios varios, lo gracioso es que la temen. Yo también la temo, creo que está como un cencerro y que cualquier día puede hacer alguna cosa mala, no por la brujería, simplemente mala, está ida de la cabeza y sabe Dios, a lo mejor le da por hacer un sacrifició de sangre o cualquier disparate similar, espero que en sus rituales haga falta la sangre de una virgen, al menos cerca no tendrá a ninguna.

Me quedo mirando para una brasileira de la que no se nada, parece muy suelta y trata de ser glamurosa, lleva un vestido chaqueta de esos de ejecutiva, una especie de traje de mil rayas, es elegante pero barato, de esos que nos venden en los puticlubs, sin camisa por supuesto la falda no es ni mini, solo es un cinturón ancho, en los pies unas sandalias de plataforma, me gusta su estilo en ese momento pero no se nada de ella, tampoco de otras muchas claro, no hablas ni intimas con todas, me la quedo mirando mientras ella habla con el camarero, tiene un culo bonito y parece divertirse con la conversación que tienen ¿cual será su pasado? todas en el club parece que lo pasamos bien y detrás de no pocas hay grandes dramas o fatalidades ¿qué habrá detrás de ella?, trato de intuirlo pero sus gestos, su risa, todo en ella me descoloca.

No hago mucho más caso, no entra un solo cliente al club, suena un Vallenato y yo pienso en que demonios estoy haciendo aquí, en medio de la reseca Castilla cuando podría estar divinamente tumbada en la playa de mi pueblo contemplando todas las casitas y edificios que cuelgan monte abajo hasta el puerto. Me acerco a una de las ventanas y aparto ligeramente la cortina, la luz hiere con fuerza mis ojos que tengo que cerrar un par de segundos, un coche está estacionando frente al club, no logro ver quien o como es el ocupante, solo que es uno solo. Un solo hombre para demasiadas chicas aburridas y todas deseando hacer su primer cliente.

1.10.2007

7.-El Sultán de Tucán.

Me despiertan los ruidos y voces de las compañeras circulando por los pasillos, supongo que ya es de día y tarde pero mi mente se niega a ordenar los movimientos precisos para que mi cuerpo se levante de la cama. Hasta le cuesta ordenar a los parpados que se abran, al brazo derecho que se alargue hasta la mesilla de noche y que coja el despertador para encender su debil luz y ver la hora: las tres y veinte de la tarde. Sigo en la cama con los ojos cerrados, las voces de las chicas, suaves pero audibles, por los pasillos no cesan, me imagino que la mayoría de ellas ya están levantadas, quizás ya comieron. Mi cabeza recuerda que Mami me dijo que daban comidas hasta las cuatro de la tarde. Giro mi cuerpo en la cama para recolocar mi posición y me doy cuenta de que tengo el pantalón del pijama bajado, enredado en los pies, supongo que hizo calor de noche y ni cuenta me di de que me lo bajaba, en el cuarto hace calor, un calor que voy percibiendo cada vez mejor, le doy la vuelta a la almohada, buscando la frescura del lado no utilizado, y eso que dejé la ventana abierta, con la persiana bajada de forma que el aire se filtrase por las rendijas y ahora se filtra la luz del sol que penetra dentro del cuarto en finas lineas de luz, como si un arma de precisión hubiese disparado contra la persiana haciendo los agujeros precisos, lineales. Me pongo boca arriba y me destapo del todo, me quito del todo la parte de abajo del pijama, no llevo braga, me desabrocho la parte de arriba y me quedo tendida con los brazos y piernas abiertas. Mis ojos se van acostumbrando a la penumbra, veo en una esquina de la habitación el aparato de aire acondicionado ¿funcionará?, ¡qué tonta! seguro que funciona y estoy pasando calor, tengo que preguntarle a la Mami si va el trasto ese aunque quizás haga ruido, parece viejo. Mi cuerpo va despertandose, poco a poco voy notando las sensaciones de volver a la vida tras el sueño reparador. No se por que recuerdo a un cliente joven con el que estuve anoche, era guapo, me folló de pie en el cuarto, pagó media hora y en diez o quince minutos ya estaba fuera. Algunos intentan excitarte con caricias, tratan de ser más o menos agradables en ese aspecto, este chico no es que fuese desagradableno llegaba a ese punto, tampoco anduvo con muchas florituras, cuando salí del baño desnuda el estaba de pie, solo con los vaqueros puestos, me abrazó por la cintura e intentó besarme la boca, la aparté ofreciendole mi cuello, sin casi darme cuenta me vi con las manos apoyadas en la pared y él por detrás intentando penetrarme. Le dije que sin condón no y me dejó ponerselo en silencio, sin pronunciar palabra volvió a colocarme en la misma posición, me penetró sin delicadeza ninguna, follandome con fuerza, en algunas embestidas me levantaba ligeramente del suelo. Escuché sus estertores de placer mientras sentía sus ultimas embestidas, más fuertes pero más desacompasadas que las precedentes. Me la sacó y se tumbó en la cama con el condón puesto, la polla erecta y los vaqueros en sus rodillas, no se por que me resultó agradable verlo así, me tumbé junto a él, más por ser agradable que otra cosa, le retiré el preservativo y le di unas caricias, él no hizo nada especial, se dejó hacer

-Estuvo bien, me gustó como me lo hiciste -le dije- ¿siempre eres tan fogoso o tenias muchas ganas?

Sonrio y se reincorporó, me quedé en la cama tumbada mientras el se vestia sin decir nada, supuse que no quería conversación así que empecé a vestirme yo también para volver abajo, sin casi darme cuenta él estaba vestido y saliendo por la puerta con un "hasta siempre, gracias", solo me dio tiempo a decirle un casi ritual "vuelve cuando quieras" le vi sonreir desde el marco y marcharse.

Hay tipos raros por el mundo, este será uno de ellos.

Me siento excitada y comienzo a acariciar mi coño que se pone humedo enseguida, abro más las piernas y meto mis dedos en el interior, dos dedos, hago que entren y salgan despacio durante un rato, después los sustituyo por los de la mano izquierda, con la derecha acaricio mi clitoris, me corro enseguida. A veces me pienso estas reacciones, me excité pensando en un tipo que simplemente me usó, no sintió absolutamente nada por mi ni yo por él, llegó, me compró como quién compra una vagina vibradora, me usó y me dejó casi tirada en el cuarto y resulta que me excito con ello. Me consuelo pensando que a lo mejor esa misma situación excita a otras chicas, que no es tan malo, solo que yo la vivo en la realidad y ellas no. A lo mejor resulta que soy verdaderamente una golfa, que disfruto trabajando de puta, pero no, no creo, si ese chico no hubiese pagado quizás ni me hubiese fijado en él. Pienso en si estuviese casada y mi marido me hiciese algo semejante, seguro que le tiraría algo a la cabeza a un cabrón así. Creo que nunca tuve una fantasía de ese estilo con anterioridad.

Me levanto y abro la persiana, la luz entra en el cuarto inundandolo todo, durante unos segundos tengo que cerrar los ojos, me molesta tantisima claridad. Giro sobre mis talones y me meto en el cuarto de baño, la luz artificial no es tan molesta. El agua de la ducha me limpia, no solo por fuera, parecerá una estupidez, pero también me lava por dentro. Casi siempre cuando me acuesto hay un poso de depresión en mi corazón, un mal sentimiento, algo que me dice que lo que hago no está bien, hace tiempo que lo achaco a la educación recibida: es malo follar, es malo el sexo, partiendo de esa base aún es mucho peor cobrar por ello. Soy puta, soy la perversión, soy el vicio, soy algo a combatir, soy un insulto para otras mujeres y hace un momento me acabo de correr recordando que un tipo me usó casi como le dio la gana, solo para correrse en mi y se fue casi sin despedirse. El agua va quitando esos sentimientos de mi interior. Cuando salgo de nuevo al cuarto la luz del sol ya no me molesta. Salgo al balcón con una toalla por todo vestido, me pongo a contemplar el paisaje de campos dorados y cielo limpio, los coches pasan veloces por la carretera. En la explanada hay un coche de la Guardia Civil, los guardias están a la sombra de un arbol charlando con un paisano, en un momento dado los tres me miran y yo vuelvo a meterme dentro.

Me pongo un vestido viejo con rayitas azules horizontales, está medio raido pero es fresquito y para bajar a comer sirve, cuando me estoy poniendo las chancletas Mami toca en mi puerta para advertirme que me puedo quedar sin comer

-Mami, mami, entra -le pido-

Cuando entra le pregunto como funciona el aire acondicionado

-no funciona -responde- de todos modos casi mejor, son viejos y hacen mucho ruido, el jefe va a cambiarlo e instalaros aparatos nuevos pero de momento no funciona

Vaya, que faena, habrá que aguantar como se pueda el calor castellano.

Al cruzar el local donde trabajamos por la noche hay un chico con una aspiradora limpiando, está absorto en su trabajo, cuando me ve hace un amago de saludo, parece pronunciar un buenas tardes pero con timidez, a lo mejor le da verguenza encontrarse de frente con una puta, yo lo saludo con soltura y sonriendo, el esboza una sonrisa y sigue a su faena.

En el comedor aún hay algunas chicas comiendo, otras están charlando y alguna que otra ve la televisión, alguna pregunta a que hora comienza no se que telenovela, le responden que a las cuatro. El cocinero me dice que me sirva de lo que hay, es un señor mayor, gordito con cara de simpatico.

-Si no te gusta y quieres otra cosa dimelo, veré lo que puedo hacer.

Hay filetes rebozados con patatas fritas, también hay ollas con arroz y feijoada, eso no suele faltar en los clubes, el arroz es para las brasileñas como el pan para nosotros, la feijoada no son otra cosa que alubias negras, se ve que no puede faltar en la mesa, se coma o no suele estar allí, en otra fuente hay merluza con una salsa verdosa, el cocinero ante mi cara de asquito explica lo que es tras presentarse y decirme que se llama Carlos:

-Merluza en salsa verde, está muy buena, la salsa se hace con verduras.

Con un trocito de pan pruebo la salsa, está buena y decido echarme un poco de arroz con un par de rodajas, me siento sola mirando las imagenes de la televisión, no está ninguna chica de las que más o menos conozco. Al terminar vuelvo a mi cuarto, cuando estoy subiendo baja Natalia, la brasileira con la que nos hicimos a los abueletes, me invita a acompañarla a la piscina, allí se está fresquita a la sombra y puedes darte un chapuzón. No lleva nada puesto, va completamente desnuda, solo unas chancletas y una toalla en la mano, le pregunto si baja así y se rie, me responde que no hay problema, muchas lo hacen, "isto é un clube privado" dice con sorna. Le digo que voy en un rato.

Me pongo un bikini, solo la parte de abajo, si se tercia ya me lo quitaré allí, debajo del vestido. Yo no soy la brasileira, no me apetece alegrarle la vista al chico que está limpiando abajo, al cocinero o a cualquiera con el que pueda cruzarme, cuando busco la toalla me doy cuenta de que no tengo bronceador, espero que alguna chica tenga y pueda dejarmelo, a lo mejor puedo comprarselo a Mami. Las mamis suelen tener en un cuarto una minitienda con productos de higiene, alguna ropa "de trabajo", cosas intimas, algún perfume, en fin, lo que más podemos necesitar y mejor pueden vender, con eso se sacan un sobre sueldo. No hace falta ni que le pregunte, cuando salgo está colocando algo en un mueble y ya lo dice ella

-¿tienes bronceador cariño? mira que si te quemas después te va a doler trabajando
-vendemelo, voy por dinero
-ya me pagarás luego, no te preocupes

Me da un frasco de bronceador, no hay más marcas ni grados de protección: Loreal, factor 12. Tampoco me va mal, supongo que me costará un poco más de lo habitual. Una vez un militar me contó que ellos, hace años, tenian economato en los cuarteles, un economato era un lugar donde los productos se vendian a mejor precio que fuera. La tienda de cualquier mami en un club más que un economato sería un "gastamás" un "tecobromás" o algo así, pero bueno, te hace el servicio, a veces los clubes están lejos de ciudades o lugares donde puedes adquirir algunas cosas, ellas se molestan en traertelas así que justo es que ganen algo.

La piscina resulta totalmente anacrónica en el lugar, desde fuera, desde la explanada trasera del club se observa al fondo y en una esquina, es un rectangulo más o menos grande rodeado de cipreses que sobresalen por el interior y por encima de una vaya metalica llena de hiedra, el resto de la explanada, muy grande, es similar al desierto del Teneré, un pedregal con gravilla. Según voy caminando hacia la piscina me viene a la cabeza la pinta del dueño del club y pienso que fue capaz de hacer un agujero en el suelo, echarle cemento, llenarlo de agua y decir que tiene una piscina cuando no sería más que una charca. ¡Sorpresa! cuando abro la cancela que da paso al interior el mundo se transforma, dentro de la piscina hay varios arbolitos que dan sombras agradables, además de la que dan los altos cipreses según la orientación del sol, en otra parte no hay ninguno, solo algunas chicas en unas tumbonas aparentemente muy comodas que toman el sol, algunas de ellas lo hacen directamente sobre la grama. La piscina parece un microcosmos de verdor en medio del desierto. El tipo tuvo el detalle hasta de hacerle forma de playa, con su arena y todo, solo le faltan las olitas y que el agua fuese salada. Un pequeño paraiso encerrado entre cuatro paredes de cipreses.

Natalia me hace señas, está debajo de un arbolito en una tumbona, hay otra a su lado, cuando llego a su altura me la señala con languidez

-Tumbese ahí, aquí se fica uma na gloria

Le doy las gracias por reservarme la tumbona, me quito el vestido y me echo bronceador, ella me pide que me acerque para echarme crema en la espalda. Me tumbo y contemplo el ambiente de la piscina. Una imagen me sorprende, no me había fijado, había visto el sillón flotador, pero ni me había dado cuenta de que alguien estaba sobre él, ahora lo tengo de frente. En la piscina hay tres chicas bañandose, hablan entre ellas en el agua formando un corro, en frente de mi está el enorme flotador-sofá de color naranja chillón y sobre él, el jefe del club con las gafas de sol más horribles que se puedan imaginar, grandes, enormes, de espejo, sus cordones de oro al cuello y leyendo una revista. Dos chicas, bromeando, mueven lentamente el sillón por el agua, como si fuesen motores humanos, van agarradas al sillón por detrás y chapotean con los pies. Yo miro a Natalia, supongo que mi cara refleja la pregunta, ella me contesta:

-Es así siempre, ahí lo tienes, como un sultán en su harem, lo encontrarás aquí todas las tardes
-vaya, que mal rollo
-ni caso, no se mete con nadie ni en nada, solo está ahí, supongo que es feliz así

Y lo cierto es que no hace nada, no se mete con ninguna, no se le ve que esté de mirón, nada, solo está ahí en el enorme sillón flotante dejandose pasear ora por un par de chicas, ora por el aire o por el mero movimiento del agua, a veces algunas chicas bromean con él y responde cualquier tontería.

Me fijo que en el regazo tiene una vara, le pregunto a Natalia para que es

-Algunas chicas le vuelcan el sillón y lo tiran al agua, si se acercan se protege amenazandolas con el palo
-no se enfada si se lo hacen
-prueba a ver -me dice Natalia riendo-

Durante un rato estoy tumbada a la sombra pensando en hacer la gracia del día, meterme en el agua como si tal cosa, como quien se va a bañar, acercarme para saludarlo y volcarlo.

Corro un poco la tumbona, para ponerla al sol, me apetece ponerme boca abajo, ponerme morena y no pensar en ninguna maldad, quizás el día antes de irme le vuelque el sillón ese tan escandaloso, con él encima, depende como se porte conmigo.

En una esquina del recinto hay una especie de chiringuito playero sin nadie que lo atienda, unas chicas toman refrescos en una mesa que hay allí

-Si quieres tomar algo vas allí y lo coges -me dice Natalia-
-¿a quién se le paga?
-es gratis, detalle del sultán de Tucán -replica riendo a carcajadas-

Yo rio también, el animalito parece que es un tanto zafio y bastante hortera pero sabe tener detalles con el personal.